Netflix lo volvió a hacer. Después del éxito masivo de Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer y el interés que despertó Monstruos: Lyle y Erik Menéndez, la plataforma volvió a apostar por su antología más polémica: una serie que explora las mentes de algunos de los criminales más infames de la historia. Y esta vez, el turno fue de Ed Gein, el asesino en serie que inspiró clásicos como Psicosis y La masacre de Texas.
La expectativa era altísima. Con Charlie Hunnam interpretando a Gein y una producción impecable, Monstruo: La historia de Ed Gein prometía ser la nueva exploración de la locura, el trauma y la enfermedad mental. Durante las primeras semanas, la serie escaló entre lo más visto de Netflix y acumuló millones de reproducciones. Sin embargo, como toda serie viral, no todo ha sido celebración en redes sociales.
Un éxito con inconformidades
A partir del estreno, las redes, en especial X, comenzaron a llenarse de críticas y quejas de los espectadores. Muchos coincidieron en que, aunque la serie está bien producida y el reparto cumple, el enfoque de la historia no les convenció. Algunos usuarios expresaron su descontento porque Netflix se tomó demasiadas libertades con los hechos reales, inventando situaciones y modificando elementos clave del caso.
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Otros señalaron que el guion intenta "humanizar" en exceso a Gein, presentándolo con una sensibilidad que no corresponde a sus crímenes. Hay quienes opinan que la serie "romantiza" al asesino, dándole matices que parecen justificarlo o suavizar su brutalidad. Incluso se mencionó que ciertos detalles del final se alejan completamente del perfil psicológico del verdadero Gein, lo que provocó frustración entre los espectadores más interesados en la precisión del caso.
El tono equivocado
Para muchos fans, el problema no es solo la falta de fidelidad histórica, sino el tono. Mientras Dahmer fue criticada por su crudeza, esta nueva entrega fue percibida como lo contrario: demasiado compasiva y casi empática con su protagonista. Y eso, para un personaje basado en un asesino real, fue un límite que muchos sintieron que Netflix cruzó.
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Pero como en todo, hay quienes defendieron la propuesta de Ryan Murphy y no les pareció malo que mostraran una faceta distinta. Algunos espectadores valoraron que la producción intentara mirar al asesino desde una perspectiva diferente, explorando los factores psicológicos detrás de su comportamiento. Según esta lectura, la serie no buscaba justificarlo, sino entender cómo una mente perturbada puede deformar la realidad hasta ese extremo.
Un papel difícil para Hunnam
Charlie Hunnam, quien da vida a Gein, reconoció en entrevistas que el rodaje fue emocionalmente extenuante. Dijo que hubo escenas que lo hicieron llorar al leer el guion, especialmente aquellas en las que el personaje finalmente entiende su enfermedad. Pero aunque su intención era dar profundidad al personaje, muchos fans sintieron que esa "humanización" terminó desdibujando el horror real.
Al final, Monstruo: La historia de Ed Gein se ha convertido en otro ejemplo del dilema constante de Netflix con este tipo de producciones y de qué tan creativa debe de ser. Lo cierto es que, más allá del debate, la serie volvió a despertar la curiosidad por el verdadero caso Ed Gein, un hombre cuya mente enferma inspiró décadas de terror en el cine.