Hay actores que tienen una filmografía tan icónica que terminan creando su propio multiverso sin querer. Y si hay alguien que cumple con esa descripción, es Keanu Reeves. Desde los 90, el actor ha saltado entre realidades, ha luchado contra máquinas y ha desafiado la muerte. Pero entre todas sus películas, hay dos que parecen estar más conectadas de lo que muchos creen: Matrix y John Wick.
A simple vista, ambas son sagas totalmente distintas. La cinta dirigida por las hermanas Lana y Lily Wachoswki es sobre la rebelión contra la inteligencia artificial, mientras que la obra de Derek Kolstad es acerca un asesino con traje. Sin embargo, los fans han detectado demasiadas coincidencias como para ignorarlas y se pusieron manos a la obra para desarrollar una teoría sobre una conexión sutil pero que es imposible de dejar pasar.
¿Un mismo universo?
Según una teoría que circula en foros y redes desde hace un tiempo, John Wick se desarrolla dentro de Matrix. La idea cobró fuerza a partir de un momento clave en John Wick: Capítulo 3 – Parabellum, cuando el personaje de Reeves repite una de las frases más famosas de Neo: "Necesito armas. Muchas armas". Lo que parecía un guiño nostálgico podría ser, en realidad, una pista de algo mucho más grande.
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La teoría sostiene que al final de Matrix Revoluciones, cuando Neo se sacrifica para salvar a la humanidad, en realidad no muere. En lugar de eso, las máquinas, fascinadas por su poder y capacidad de adaptación, deciden mantenerlo con vida dentro de una nueva simulación. Esta vez, en un entorno completamente distinto: un mundo gobernado por asesinos, reglas invisibles y violencia estilizada.
En otras palabras, Neo se convierte en John Wick, su nueva identidad dentro de un sistema creado para mantenerlo bajo control. Pero, como toda mente poderosa, conserva fragmentos de sus recuerdos pasados. Eso explicaría por qué el personaje parece experimentar un deja vú, reflejos sobrehumanos y habilidades imposibles de explicar en un simple humano.
Wick, el nuevo avatar de la simulación
Si lo pensamos bien, tiene sentido. John Wick no se comporta como un asesino común: reacciona con precisión inhumana, sobrevive a heridas mortales y parece moverse con una lógica que desafía la física. Las peleas cuerpo a cuerpo son coreografiadas con una fluidez casi mecánica, como si las leyes del mundo se doblaran a su favor, igual que Neo dentro de la Matrix.
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Además, hay detalles visuales que fortalecen la teoría: el uso constante del color verde, los reflejos en los espejos, la presencia de programas o personajes que parecen cumplir funciones específicas dentro del sistema. Y El Continental, ese hotel donde los asesinos encuentran refugio, podría ser una versión moderna de Sion.
Más allá de si es verdad o no, la idea de que Matrix y John Wick sean parte del mismo universo tiene algo irresistible: da sentido a la evolución del propio Keanu Reeves como ícono del cine moderno. Un hombre que parece condenado a vivir una y otra vez dentro de mundos controlados, buscando redención a través de la violencia, el amor y la libertad.
