Tom Cruise puede pilotar aviones de combate, escalar rascacielos y colgarse de un avión en pleno vuelo. Puede protagonizar Top Gun, Misión Imposible y Entrevista con el vampiro, y de algún modo, siempre termina haciéndolo creíble hacia el público. A lo largo de su carrera, el actor que hace sus propias escenas de riesgo ha demostrado que no importa el género ni el peligro: cuando Tom Cruise aparece en pantalla, los espectadores van al cine y compran los boletos.
Pero incluso las estrellas más grandes tienen un tropiezo de vez en cuando. Un papel que, por más esfuerzo o carisma que le pongan, simplemente no encaja. Y en el caso de Cruise, ese momento llegó con un personaje que tenía todo para convertirse en otra gran franquicia, pero que terminó siendo recordado como uno de sus errores de casting más notorios.
Cuando la descripción sí importaba
Se trata de Jack Reacher, la adaptación cinematográfica de las novelas de Lee Child, que a pesar de contar con acción, suspenso y un héroe solitario hecho a la medida del actor, no logró convencer a casi nadie. El problema con Jack Reacher no fue el guion ni las escenas de acción: Tom Cruise no se parecía en nada al personaje original.
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En los libros, Jack Reacher es descrito como un exmilitar imponente: casi dos metros de altura, hombros anchos, fuerza descomunal y presencia intimidante. Es el tipo de hombre que entra a una habitación y todos se callan. Cruise, por otro lado, mide alrededor de 1.70 metros, es delgado y tiene una apariencia mucho más juvenil. Nada que ver con el "gigante silencioso" que los fans imaginaban desde las novelas.
Cuando se anunció su elección, las críticas llegaron de inmediato. Los lectores de la saga protestaron, argumentando que el actor era "demasiado pequeño" para interpretar al personaje. Lee Child, el propio autor, defendió a Cruise diciendo que su talento compensaría la falta de tamaño, pero el público no compró esa idea.
Una interpretación correcta en el cuerpo equivocado
Para ser justos, Cruise no lo hizo mal. Su versión de Reacher tiene carisma, precisión física y esa intensidad que lo caracteriza. Pero el problema era visual. En pantalla, simplemente no imponía la presencia que el personaje requería
La primera película, estrenada en 2012, funcionó moderadamente bien en taquilla, aunque dejó una sensación de que podría haber sido mejor. Cinco años después llegó Jack Reacher: Sin regreso y el resultado fue aún más decepcionante. Ni la historia ni el público acompañaron la secuela.
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A diferencia de Ethan Hunt en Misión Imposible, donde Cruise puede explotar su agilidad y magnetismo, Reacher exigía otra energía: más fría, más física, más brutal. Y por mucho que el actor intentara compensarlo con actitud, los fans nunca lo vieron como el gigante imparable de los libros.