Además de Chucky, el muñeco diabólico y el payaso de Poltergeist, pocos juguetes han provocado tanto miedo como Annabelle. Desde su primera aparición en El Conjuro, la mirada vacía, el vestido antiguo y esa sonrisa inquietante se convirtieron en sinónimo de pesadillas. No necesitó moverse ni hablar para quedarse grabada en la mente de los espectadores, sino que bastó con una escena para provocar un trauma que sigue en los sueños de muchas personas.
Con el paso del tiempo, la muñeca pasó de ser un simple objeto maldito a una de las figuras más icónicas del cine de terror moderno. Su historia se expandió en Annabelle, Annabelle 2: La creación y Annabelle viene a casa, todas producidas por James Wan, el creador del universo cinematográfico de El Conjuro. Y aunque creíamos conocer todos sus sustos, la muñeca tenía un último truco bajo la manga: aparecer en una película de superhéroes.
Del terror al mundo de DC Comics
No se trata de un montaje, inteligencia artificial ni una teoría loca de los fans amantes del terror y de los personajes con fuerza sobrehumana y rayos láser. La muñeca realmente hace un cameo en Aquaman, la cinta dirigida también por James Wan, quien decidió colar a su creación más espeluznante en el lugar menos esperado: el fondo del océano.
Warner Bros.
Puede sonar extraño, pero tiene sentido para cualquiera que conoce el sentido del humor de James Wan. El director australiano de origen malayo pasó de reinventar el horror con Saw: El juego del miedo, La noche del demonio y El Conjuro, a dirigir una de las películas más espectaculares del universo de DC. Y como buen amante de los easter egss, no se pudo resistir a mezclar un poco de su legado del terror con el rey de la Atlántida.
Annabelle "bajo del mar"
Todo ocurre durante una de las primeras escenas de Aquaman, al lado del mismísimo Jason Momoa. El instante es justo cuando los personajes exploran un barco hundido, los fans más observadores detectaron algo perturbador entre los escombros: una muñeca con rostro familiar, cabello rojizo y un vestido blanco con moño rojo.
Warner Bros.
Tal como Ariel de La sirenita, Annabelle estaba "bajo el mar", viviendo entre los restos de naufragios y peces muy curiosos. El cameo dura apenas unos segundos, pero es imposible no reconocerla si sabes lo que estás buscando. Este es detalle breve pero genial, y el tipo de broma visual que solo James Wan podía hacer.
Aunque es un director que no se toma demasiado en serio, Wan sí se toma muy a pecho la diversión. Desde sus inicios, ha sabido equilibrar el miedo y el espectáculo. Por eso no sorprende que, incluso en una película de superhéroes llena de colores, tridentes y criaturas marinas gigantes, se haya dado tiempo para dejar una pequeña marca de su estilo más oscuro.
