Cuando pensamos en los grandes éxitos de la animación, es fácil recordar títulos como Toy Story, Up: Una aventura de altura o El gato con botas: El último deseo. Estas y otras películas marcaron a generaciones, arrasaron en taquilla y se convirtieron en clásicos instantáneos.
Pero la historia del cine está llena de joyas que, por una u otra razón, pasaron desapercibidos cuando debieron ser celebrados. Y pocos ejemplos son tan claros como El planeta del tesoro, una de las películas más ambiciosas, y más injustamente ignoradas, en toda la historia de Disney.
Una joya escondida entre las estrellas
Estrenada en 2002, El planeta del tesoro fue una apuesta audaz de Ron Clements y John Musker, los mismos genios detrás de Aladdín, La Sirenita y Hércules. Esta vez, decidieron adaptar la novela clásica "La isla del tesoro" de Robert Louis Stevenson, pero trasladándola a un universo de ciencia ficción intergaláctica.
Disney
El resultado fue una explosión visual sin precedentes: barcos que navegan entre planetas, piratas espaciales con brazos mecánicos y galaxias pintadas con una mezcla de animación tradicional y 3D que, incluso hoy, sigue viéndose espectacular. Disney combinó técnicas digitales pioneras con el estilo artesanal de su animación clásica, logrando algo que parecía adelantado a su tiempo.
Un fracaso que nadie entendió
A pesar de su ambición y belleza, El planeta del tesoro se estrelló en las taquillas. Con un presupuesto de más de 140 millones de dólares, recaudó apenas la mitad. Una cifra desastrosa para los estándares de Disney, que en aquel entonces competía con Pixar y DreamWorks en plena era dorada de la animación por computadora.
Mientras Buscando a Nemo y Shrek 2 conquistaban al público, la historia del joven Jim Hawkins y el carismático cyborg John Silver no encontró su lugar. Muchos críticos la elogiaron, pero el público no acudió a verla, y la película quedó etiquetada como un fracaso injusto.
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Pero como muchas cosas, el tiempo pone las cosas en su lugar. Lo que en 2002 fue un tropiezo comercial, hoy es un clásico de culto. Hoy es una historia sobre libertad, sueños y autodescubrimiento que sigue conmoviendo a quienes se animan a viajar más allá del "planeta conocido".
