Hay momentos en el anime que marcan generaciones. En Dragon Ball Z, uno de esos momentos fue cuando Gohan se transformó por primera vez en Super Saiyajin 2 para enfrentarse al malvado bioandroide de Cell. Fue en este momento cuando Akira Toriyama hizo que millones de fans suspiraran al saber que algo diferente estaba a punto de suceder.
Durante años, Dragon Ball había girado alrededor de Goku: el héroe incansable, el niño que creció para enfrentarse a dioses y monstruos. Pero en ese arco, el mangaka decidió mirar hacia otro lado. Quiso que el protagonista pasara la antorcha hacia el niño sensible y tímido con una fuerza interior que ni él entendía, quien supuestamente se convertiría en el nuevo rostro de la saga.
Todo apuntaba a que sería el inicio de una nueva, sin embargo, terminó convirtiéndose en una de las historias más frustrantes del anime. Gohan pudo ser el más fuerte, pero Toriyama optó por una vía distinta y todos los reflectores volvieron a ponerse nuevamente en Kakarotto.
El día en que Gohan alcanzó la perfección
La Saga de Cell fue el punto más alto de la serie, y también el clímax del personaje. Gohan, siendo apenas un adolescente, fue el primero en alcanzar el nivel Super Saiyajin 2, derrotando a Cell en una de las batallas más memorables del anime.
Toei Animation
El momento en el que desata toda su furia, impulsado por la muerte de Androide 16, es pura historia: el niño indefenso se convierte en un guerrero imparable. En esa escena, Toriyama cumplía su plan original: hacer que Gohan reemplazara a Goku como protagonista de Dragon Ball Z.
Durante un tiempo, todo iba en esa dirección. Pero el propio Toriyama reconoció después que no disfrutaba escribiendo sobre Gohan. En una entrevista, explicó que pensaba que podía hacerlo el protagonista, pero se dio cuenta de que no era adecuado para la historia, y con eso, el sueño terminó.
De héroe imparable a estudiante ejemplar
Después de derrotar a Cell, Gohan cambió las batallas por los libros. Toriyama lo transformó en un joven aplicado, dulce y alejado del combate. Y cuando volvió a ponerlo en acción, lo hizo disfrazado de superhéroe urbano: el Gran Saiyaman.
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El cambio fue tan drástico que muchos fans no sabían si reír o llorar. El guerrero que había alcanzado la forma más poderosa de los Saiyajin ahora usaba casco, capa y bailes ridículos. Era evidente que Toriyama había perdido el interés en su desarrollo como luchador.
Aun así, Gohan tuvo un nuevo despertar con el Estado Místico al final de Dragon Ball Z. En ese momento, el Anciano Kaioshin desbloquea todo su potencial oculto, otorgándole un poder único, sin necesidad de transformarse. Era un estado diferente a todo lo visto antes, reservado solo para él. Por fin, parecía que Gohan volvía a su lugar como el más fuerte, pero otra vez, la historia cambió.
La redención de Gohan: su despertar como Bestia
Tuvieron que pasar décadas para que Gohan recuperara su trono. En Dragon Ball Super: Super Hero, su historia finalmente tuvo un cierre digno. Después de años en segundo plano, Gohan volvió a explotar su poder con una nueva transformación: Gohan Bestia.
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Es una versión más madura, más feroz, y que combina lo mejor de su pasado: la furia de Cell y la calma del Estado Místico. Para muchos fans, Super Hero fue una carta de amor al personaje. Toriyama alcanzó a ver el impacto completo de esta transformación y su creación finalmente encontró justicia.
El eterno "qué habría pasado si…"
La historia de Gohan es una de las más fascinantes, y tristes, de Dragon Ball. Fue el elegido, el heredero, el que debía superar a su padre. Y sin embargo, su creador decidió que no.
Toriyama nunca ocultó su cariño por Goku, ni su desinterés por los personajes que no compartían su espíritu guerrero. Y por eso, Gohan terminó siendo una paradoja: el más fuerte de todos, pero también el más humano.
Hoy, con su transformación en Gohan Bestia, parece que por fin ha encontrado un equilibrio. Pero su historia sigue siendo un recordatorio poderoso: incluso los héroes más grandes pueden perder el camino, si su creador se aburre de ellos.
