Lo que Akira Toriyama nunca quiso revelar sobre el final original de 'Dragon Ball Z'
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Aunque intentó despedirse varias veces, su obra nunca lo dejó marcharse del todo. Porque cuando creas algo tan grande como 'Dragon Ball Z', el final deja de ser tuyo y pasa a ser de todos nosotros.

Hablar de Dragon Ball y Dragon Ball Z es hablar de una de las sagas más influyentes en la historia del anime. Por décadas, Goku, Vegeta y compañía dieron al público incontables batallas, transformaciones y gritos que retumbaron al fondo de su alma. Pero detrás de toda esa energía, había algo que pocos sabían: Akira Toriyama no planeaba que la historia durara tanto.

El creador de los Saiyajin siempre tuvo una relación contradictoria con su obra. Si bien la amaba, también le agotaba. En más de una ocasión quiso terminarla mucho antes de lo que apareció en la pantalla. De hecho, su intención original era cerrar la historia tras la saga de Freezer, y más tarde, volvió a considerar hacerlo después de Cell.

Dragon Ball: Daima
Dragon Ball: Daima
Fecha de estreno 2024-10-11
Series : Dragon Ball: Daima
Con Mario Castañeda, Masako Nozawa, Laura Torres, Masako Nozawa, Yumiko Kobayashi
Usuarios
3,2
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Freezer y Cell: los "finales" que casi fueron

Cuando Goku derrotó a Freezer en Namek, Toriyama lo vio como el cierre perfecto: el héroe alcanzando el nivel de Super Saiyajin, venciendo al enemigo más temible del universo y cumpliendo su destino como guerrero. Era el tipo de desenlace que cualquier autor podría dar por terminado con orgullo.

Toei Animation

Pero el éxito fue demasiado grande. Los editores de Weekly Shonen Jump, la revista donde se publicaba el manga, le rogaron que continuara. Así nació la saga de Cell, más introspectiva y emocional, centrada en Gohan, el hijo que representaba una nueva generación.

Auí, una vez más, Toriyama sintió que había llegado el momento de decir adiós. El sacrificio de Goku, la victoria de su hijo y la paz momentánea que siguió parecían el cierre natural de la historia. Pero el público no quería soltarlo.

El final que sí fue suyo

El verdadero final de Dragon Ball Z llegó años después, cuando Goku se enfrenta por última vez en el Torneo Mundial y conoce a Uub, la reencarnación humana de Majin Buu. Allí, Toriyama plasmó lo que siempre había querido desde el principio: cerrar el ciclo y pasar la estafeta.

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Goku, ahora convertido en maestro, decide irse con el joven para entrenarlo, dejando atrás a sus amigos, su familia y todo lo que había construido. Es un final tranquilo, sin grandes explosiones ni villanos cósmicos, pero lleno de significado.

El mensaje era claro: Goku ya no necesitaba ser el protagonista eterno. Era el momento de que otro tomara su lugar. Y con eso, Toriyama intentó poner punto final a una historia que había superado todas sus expectativas.

Lo que vino después (y lo que él no planeó)

Sin embargo, la industria no estaba lista para dejarlo ir. Poco tiempo después llegó Dragon Ball GT, una continuación no canónica que buscó expandir el universo sin la participación directa de Toriyama. Aunque tenía buenas ideas, como el regreso de Goku niño o el Super Saiyajin 4, nunca logró capturar la esencia del original. El propio autor se mantuvo al margen, dejando claro que, para él, la historia ya había terminado.

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Años después, Dragon Ball Super retomaría el legado, esta vez con su colaboración parcial. Toriyama diseñó nuevos personajes, supervisó el guion y permitió que el universo siguiera creciendo, aunque dejó claro que su enfoque era diferente: no buscaba revivir la nostalgia, sino jugar con nuevos conceptos, más ligeros y menos cargados de drama.

El adiós que nunca terminó

Paradójicamente, Toriyama consiguió lo que nunca imaginó: una historia inmortal. Aunque quiso cerrar el manga varias veces, su creación siguió evolucionando, adaptándose a nuevas generaciones y plataformas.

Pero si uno observa con atención el final del manga original, todo está ahí: un Goku sereno, sonriente, dejando que otro comience su viaje. No hay tristeza, ni épica forzada, sólo un ciclo que se repite, como la vida misma.

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