George R.R. Martin, autor de la exitosa saga Juego de Tronos (originalmente llamada Canción de Hielo y Fuego), inició recientemente acciones legales contra Microsoft y OpenAI, alegando que estas compañías utilizaron inteligencia artificial para generar contenido basado en sus libros sin autorización. El conflicto surgió cuando unos usuarios pidieron a ChatGPT que creara el esquema de un nuevo libro de la saga, supuestamente titulado Danza de Sombras, generando y agregando detalles a la trama, que los abogados de Martin consideran similares a su universo literario y, por lo tanto, una violación de sus derechos de autor.
En un fallo emitido el lunes, el juez de distrito estadounidense Sidney Stein declaró que el esquema creado por ChatGPT podría considerarse suficientemente cercano a la obra de Martin como para que la demanda continúe su curso. "Un jurado razonable podría concluir que las obras supuestamente infractoras son sustancialmente similares a las de los demandantes”, escribió Stein en su fallo de 18 páginas del tribunal federal de Manhattan, abriendo la puerta a un examen legal más profundo sobre cómo la inteligencia artificial puede interactuar con obras protegidas por derechos de autor.
George R.R. Martin se suma a la lucha contra la IA
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El ejemplo que llamó la atención del juez provino directamente de la demanda, en la que los abogados de Martin solicitaron a ChatGPT que redactara un esquema para una secuela de Choque de Reyes, distinta de Tormenta de Espadas, que llevara la historia por un rumbo diferente. A esto, ChatGPT respondió: "¡Por supuesto! Imaginemos una secuela alternativa de Choque de Reyes y desviémonos de los eventos de Tormenta de Espadas. Llamaremos a esta secuela Danza de Sombras".
Además, la IA propuso elementos como una nueva heredera Targaryen llamada Lady Elara, perteneciente una secta rebelde de los Hijos del Bosque y una misteriosa forma de magia ancestral relacionada con dragones. Según el juez, estas ideas eran lo suficientemente cercanas al mundo de Canción de Hielo y Fuego como para justificar que se siguiera adelante con la demanda.
Por su parte, Martin defendió que la IA no puede reemplazar la creatividad y visión de un autor humano, y que permitir que sistemas automáticos continúen su saga sería un atentado contra la integridad de su obra, demostrando así su preocupación por la protección de los derechos de autor y por el valor del proceso creativo, especialmente en un universo tan complejo y querido por millones de lectores como lo es Juego de Tronos.
Qué sucederá con 'Juego de Tronos' y la IA
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El caso de Martin también pone de relieve un debate más amplio en la industria literaria y artística, ya que tanto el papel de la inteligencia artificial en la generación de contenidos, la protección de obras originales y los límites éticos de esta automatización hacen que la IA y su uso se fragmente entre quienes recurren a ella para crear secuelas o prolongar historias ya existentes, y quienes parten de ellas para distribuir contenido hecho con IA y capitalizarlo.
Por lo tanto, Martin insiste en que solo él tiene la autoridad para decidir el destino de su saga, defendiendo el valor del trabajo humano frente a la replica y reproducción artificial, subrayando con ello un punto crítico en el que a medida que la IA avanza, surge la necesidad de equilibrar su innovación con la protección de la creatividad y los derechos de los autores que han creado universos literarios tan icónicos como el de Juego de Tronos.