Si algo ha hecho de Dragon Ball un fenómeno imparable durante cuatro décadas es su habilidad para mezclar inteligentemente lo épico con lo cotidiano. Akira Toriyama siempre fue un maestro para tomar elementos del mundo real y transformarlos en guiños y chistes visuales para que los fans más observadores pudieran reconocerlos al instante y sentirse identificados.
A muchos, el look inicial de Bulma le recuerda a Sigourney Weaver en Alien, el octavo pasajero, con ese estilo ochentero de heroína que marcó una época. A otros, la segunda forma de Freezer, claramente estuvo inspirada en Depredador, con un diseño alargado y aterrador que parecía salido de una película de acción con Arnold Schwarzenegger.
Sin lugar a dudas, Toriyama tenía el talento de crear personajes y escenas que parecían fantasía pero que escondían referencias muy realistas. Y dentro de todos esos detalles, hay uno especialmente interesante que rinde un tributo peculiar a Michael Jackson, un ícono absoluto de la cultura popular mundial.
El homenaje al "Rey del Pop"
Bubbles, el mono mascota de Kaio-Sama del Norte, es una referencia directa a nada menos que el llamado "Rey del Pop". En los años 80, época en que Dragon Ball Z empezaba a despegar, uno de los personajes más mediáticos del mundo del espectáculo era el pequeño chimpancé mascota de Jackson, también llamado Bubbles.
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Toriyama, fan declarado de la cultura popular, no dejó pasar la oportunidad de incluir ese pequeño easter egg en la serie. Y cuando Goku llega al planeta de Kaio-Sama para entrenar, conoce al hiperactivo Bubbles, que lo hace correr y entrenar como si no hubiera un mañana.
El Bubbles "original"
Para quienes no lo recuerdan, o aún no habían nacido, el chimpancé Bubbles fue adoptado por Michael Jackson durante los años más intensos de su carrera. El simio aparecía constantemente junto al cantante, desde sesiones de fotos hasta visitas públicas.
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Con el paso del tiempo, como ocurre con todos los primates, Bubbles se volvió más fuerte y más temperamental, algo completamente natural en su especie. Por seguridad de Jackson y de todos a su alrededor, se tomó la decisión de trasladar a Bubbles a un santuario especializado donde aún vive a sus 42 años.
Un detalle que demuestra lo vivo que está 'Dragon Ball'
Parte de la magia de Dragon Ball está en que siempre hay algo nuevo por descubrir, aunque ya la hayas visto cientos de veces. En cada episodio hay un detalle que no habías visto, un símbolo que pasó desapercibido y un secreto escondido entre transformaciones y técnicas explosivas.
El homenaje a Michael Jackson a través de Bubbles es uno de esos regalos que Toriyama dejó para que los fans lo encontraran con el tiempo. Y también pequeño recordatorio de que Dragon Ball no solo es una historia épica de guerreros, sino también un mosaico cultural lleno de humor, creatividad y conexiones inesperadas.