El cine lleva décadas jugando con la idea de las inteligencias artificiales, imaginando futuros donde las máquinas piensan, sienten y hasta nos superan. Está Her, con su melancolía dulce y el retrato de un amor imposible entre un humano y la voz de Scarlett Johannson. Inteligencia Artificial de Steven Spielberg, con un niño sintético "capaz de amar" más profundamente que muchos humanos. Y Ex Machina, que empujó los límites de la conciencia artificial hasta un lugar incómodo y perturbador.
Pero de todas las historias que han surgido, hubo una que lo hizo con sutileza y decidió mostrar el peor escenario posible con toda honestidad brutal. En lugar de preguntarse cómo conviviríamos con una IA, planteó un futuro mucho más oscuro. Y hoy, 40 años después de su estreno, mientras el mundo entero experimenta con ChatGPT y Gemini, resuena la voz del hombre que vio venir el peligro desde la era del VHS.
"Yo lo advertí en 1984": el mensaje que suena más fuerte que nunca
Desde hace un par de años, Cameron lo ha repetido en entrevistas: "Yo lo advertí en 1984 [con 'Terminator']". Cuando el cineasta creó Skynet hace cuatro décadas, con una inteligencia artificial militar que se volcía consciente y decidía exterminar a la humanidad, muchos lo tomaron como una fantasía del cine de acción. Algo exagerado, entretenido pero imposible.
James Cameron
Pero hoy, con IAs capaces de escribir código, analizar datos a velocidades absurdas, aprender patrones complejos, imitar voces humanas y tomar decisiones sin intervención directa, su predicción ya no parece tan descabellada. El punto de Cameron nunca fue que las máquinas se "volvieran malas", sino que, si las programamos para optimizar objetivos sin límites claros, podrían tomar decisiones radicales con una lógica fría y aterradora.
Ese tipo de razonamiento, sin empatía y sin contexto humano, es el que él siempre quiso que viéramos como un peligro. Y ahora que IAs como ChatGPT y Gemini empiezan a integrarse en áreas críticas, la conversación se vuelve más urgente.
El futuro que Cameron imaginó no tenía robots malvados, sino humanos irresponsables
La fuerza de Terminator no está solo en los robots asesinos, sino en la idea detrás de ellos. Skynet no se vuelve consciente para dominar el mundo porque sí. Lo hace porque fue diseñada para proteger la paz a cualquier costo, y concluye que el principal riesgo para esa paz somos nosotros. Y ese es el verdadero terror: no se trata de maldad, sino de la ausencia de una visión humana.
James Cameron
Y cuando uno ve la rapidez con la que han avanzado las inteligencias artificiales modernas, la comparación resulta inevitable. Hoy las máquinas aprenden solas, generan información nueva, crean imágenes fotorrealistas, escriben ensayos, diagnostican enfermedades y toman decisiones que antes solo un humano podía tomar. No estamos frente a Skynet, pero nos acercamos a un escenario donde nuestra dependencia de estas herramientas crece más rápido de lo que crece nuestra capacidad de regularlas.
La realidad es que no vivimos en un mundo lleno de cyborgs del futuro ni de máquinas que disparan misiles por su cuenta. Pero sí vivimos en un mundo donde la IA influye en la forma en que pensamos, votamos, compramos, amamos y trabajamos. Una donde los sistemas son tan complejos que a veces ni quienes los crean entienden cada decisión que toman.