La joya cancelada de Netflix: la serie de asesinos seriales que es perfecta para ver este fin de semana
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

Si buscas algo inteligente, inquietante, impecablemente actuada y perfecta para devorar en un fin de semana, esta serie es una obra imprescindible que demuestra que, a veces, entender al monstruo también implica enfrentarte a tus propios límites.

Hay series que desaparecen del catálogo sin que nadie las extrañe y hay otras cuyo legado sigue creciendo incluso años después de haber sido canceladas. Netflix ha producido muchas historias policiacas memorables, desde thrillers psicológicos hasta retratos crudos de criminales reales, pero ninguna ha tenido el impacto, la influencia ni la profundidad que logró una producción en particular que para muchos es una obra maestra incompleta.

Lo que la vuelve tan especial no es solo su oscuridad, sino su ritmo psicológico, su atmósfera inquietante y su capacidad para mostrar la mente humana en su punto más perturbador. La serie transformó por completo la forma en la que se retrata a los asesinos seriales en la televisión actual y empujó el género hacia un terreno más visceral, más incómodo y más fascinante.

La serie que se adentra en la mente del mal

Ambientada a finales de los años 70, Mindhunter captura un Estados Unidos fracturado social y políticamente. La resaca de la guerra de Vietnam, los disturbios urbanos, la creciente desconfianza hacia las instituciones y, sobre todo, la alarmante ola de crímenes violentos sirven como telón de fondo. El país estaba aterrorizado por asesinos seriales como David Berkowitz, el infame "Hijo de Sam", cuyo reinado de terror marcó el verano de 1977.

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En medio de este caos, el FBI apenas comenzaba a enfrentar un nuevo tipo de criminal: individuos que no actuaban por necesidad, sino por compulsión. Holden Ford, un joven agente especializado en negociación de rehenes, comienza a cuestionar los métodos tradicionales. Está convencido de que los comportamientos más atroces tienen un origen psicológico, un patrón que puede estudiarse, catalogarse y, eventualmente, predecirse.

Sus ideas lo llevan a iniciar un proyecto revolucionario para la época: entrevistar directamente a asesinos seriales encarcelados, entender su mente, construir perfiles y desarrollar un manual que permita anticiparse a futuros crímenes. En este proceso, Ford se une al experimentado agente Bill Tench y a la psicóloga Wendy Carr, formando el germen de lo que más tarde será la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI.

Un viaje oscuro con consecuencias reales

A medida que los agentes se sumergen en conversaciones profundamente inquietantes con homicidas como Ed Kemper, Richard Speck y Jerry Brudos, la serie va revelando no solo la evolución del método criminológico moderno, sino también el costo emocional y moral de mirar al abismo. Mindhunter muestra cómo su trabajo empieza a desdibujar las fronteras entre el análisis profesional y el deterioro personal.

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Lo extraordinario es que todo esto se basa en hechos reales. La serie adapta el libro de John E. Douglas y Mark Olshaker, los pioneros del perfil criminal en la vida real. Es ese extracto de la verdad, sumado a la dirección obsesiva de David Fincher, lo que hace que cada conversación, cada silencio y cada gesto resulten perturbadores.

Y aunque Netflix decidió no continuar la serie tras su segunda temporada, el impacto de Mindhunter permanece. Su influencia puede verse en thrillers psicológicos recientes, y sus fans siguen esperando que algún día regrese al streaming para cerrar la historia.

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