Para los amantes de filmes crudos, violentos y de suspenso, esta película española original de Netflix llegó con una propuesta completamente fascinante con una historia cruda y con una fuerte crítica social combinada con ciencia ficción que ante su estreno en la plataforma en 2019, generó debate y polémica por sus brutales escenas ante un contexto inhumano para los personajes.
'El Hoyo': la brutal película de suspenso en Netflix
El hoyo es el título de la ópera prima del cineasta español Galder Gaztelu-Urrutia, con un elenco conformado por Iván Massagué, Antonia San Juan, Zorion Eguileor, Emilio Buale y Alexandra Masangkay. Esta película de ciencia ficción y suspenso tuvo su debut en el Festival Internacional de Cine de Toronto y meses después llegó a Netflix.
La historia se sitúa en una prisión bajo tierra en un hoyo profundo que tiene cientos de niveles adentro a través de plataformas y cada nivel funciona como una celda donde se encuentran pares de presos que pertenecen a lo más bajo, sanguinario y peligroso de la sociedad. Diariamente una plataforma repleta de comida llega desde arriba y deja caer la comida provocando que los niveles superiores tengan una buena ración de comida pero deja a los de abajo muriendo de hambre.
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Goreng y Trimagasi son dos presos que se encuentran en el nivel 33, es decir, apenas y llegan algunos alimentos, lo que los motiva a idear un plan para poder ascender. Sin embargo, el sinfín de retos que implica hacerlo puede causar que fracasen e incluso caigan más abajo, lo que significa una muerte lenta por hambre.
Una fuerte crítica social a través del cine
Este thriller busca explorar los niveles de la locura y el horror en la mente humana ante una situación que sale completamente de sus limites y su dignidad humana, cuando el único objetivo es sobrevivir y no morir de hambre.
La película aborda el gran problema de nuestra civilización: el reparto de la riqueza.
Compartió el director Galder en una entrevista para RTVE: “También habla de cómo nos despedazamos entre nosotros, sobre todo los que nos peleamos por las migajas. La película no pretende aleccionar ni adoctrinar, sino hacer muchas preguntas”.
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La película deja muchas preguntas al aire e incluso con un final abierto, pero que deja muy evidente la esencia de violencia, sadismo y terror que lleva al máximo y de la manera más grotesca una crítica a los niveles de riqueza y poder sobre los más vulnerables y desahuciados.