Imagina que un paseo familiar hecho para desconectarse se convierte en una pesadilla ; no algo sorprendente pero divertido como en La mansión embrujada, ni tampoco sobrenatural al estilo de El ritual; sino algo más tangible como un paranoia creciente por la caída de lo digital.
Esa es precisamente la sensación que busca transmitir Dejar el mundo atrás, película de Netflix protagonizada por Julia Roberts. Presenta un apocalipsis distinto, pero igual de perturbador que abraza un colapso global que desde ahora muestra destellos cada que el internet falla por aquí o por allá.
De vacaciones a reto de supervivencia
La película dirigida por Sam Esmail (también creador de Mr. Robot) sigue a Amanda (Roberts) y Clay (Ethan Hawke), un matrimonio que decide rentar una casa de lujo en Long Island para relajarse junto a sus hijos. Su descanso pronto se ve interrumpido cuando el internet, la televisión y los teléfonos dejan de funcionar.
Aquella desconexión marca el inicio de una crisis cuyo alcance no logran comprender del todo. Con poca información a su alcance llegan dos extraños a la puerta: G.H. Scott (Mahershala Ali) y su hija Ruth (Myha'la Herrold), quienes afirman ser los dueños de la casa.
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Los nuevos elementos le dicen a la familia que la falla masiva afectó a toda la región y necesitan refugio. Desde ese momento, ambas familias se ven forzadas a convivir bajo tensión, con miedo, dudas y una creciente desconfianza que va más allá de quién dice la verdad, al final podría ser que ni las paredes de la casa les garantice seguridad.
La crisis digital es el apocalipsis
Dejar el mundo atrás es una película que no recurre a monstruos o catástrofes naturales. En cambio, apuesta por el horror que viene acompañado con la era digital; desde el caos que sucede con el colapso paulatino de la tecnología que damos por sentado hasta el mismo miedo de pensar que realmente no somos nosotros quienes controlamos los dispositivos tecnológicos que nos rodean.
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La cinta se centra en el crecimiento de la tensión, la paranoia, la fragilidad social e incluso las teorías que se arman en un contexto de caos y poca información.
Precisamente su enfoque sobre la tecnología es un punto que ha llamado mucho la atención de la crítica y el publico quienes la han descrito como "un espejo distópico de la realidad actual". Si eres fan de producciones como Black Mirror tal vez encuentres mucho más sentido al planteamiento de la película.
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En el lado negativo algunas personas que han visto el filme mencionan que en ocasiones el ritmo lento se vuelve un poco tedioso y que el final puede resultar ambiguo sin indicar una respuesta clara, aunque el viaje en sí es entretenido.
La realidad es que tienes ganas de ver algo diferente, inquietante y que hable sobre los temores que crecen junto al avance a pasos agigantados de la tecnología Dejar el mundo atrás es una buena alternativa para esta tarde.