Las series de misterio y thriller siempre han tenido una misión clara: atraparte, inquietarte y hacerte desconfiar de todo. Desde investigaciones clásicas hasta relatos más psicológicos, el género ha evolucionado para volverse cada vez más oscuro y complejo. Producciones como The Killing, Mare of Easttown, Misa de medianoche o Big Little Lies demostraron que el verdadero terror no siempre está en el asesino, sino en el entorno, en el pasado que no se resuelve y en los silencios que pesan más que cualquier diálogo.
En los últimos años, además, el thriller televisivo se ha permitido coquetear con otros géneros: el horror, el drama social t la crítica política. Ya no basta con resolver un crimen. Ahora importa cómo ese crimen refleja una comunidad entera, cómo expone heridas colectivas y cómo deja marcas imborrables en quienes investigan. Y pocas series han entendido eso tan bien como una antología que, desde su primera temporada, redefinió lo que podía ser el misterio en televisión.
Un lugar donde la oscuridad nunca se va
Disponible en Max, True Detective: Night Country es la cuarta temporada de la aclamada serie antológica de HBO Max y una de las más radicales hasta ahora. Protagonizada por Jodie Foster y Kali Reis, y escrita y dirigida en su mayoría por la cineasta mexicana Issa López, esta entrega lleva la franquicia a un territorio más oscuro, casi cercano al terror.
HBO Max / El Comercio Perú
La historia se desarrolla en la ficticia Ennis, Alaska, durante la Noche Polar, un fenómeno en el que el sol no aparece durante meses. En ese contexto extremo, dos detectives investigan la misteriosa desaparición de ocho hombres que trabajaban en una estación científica aislada. Pero lo que parece un caso puntual pronto se conecta con un asesinato no resuelto de una mujer indígena ocurrido años atrás.
Un misterio que es solo la superficie
Como toda buena temporada de True Detective, el caso es apenas la punta del iceberg. Debajo hay capas y capas de temas incómodos: el trauma, la culpa, la violencia estructural, la explotación de comunidades indígenas y la relación destructiva entre el ser humano y la naturaleza.
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Issa López le imprime a la serie una sensibilidad distinta. Hay una mirada claramente femenina, no solo en las protagonistas, sino en la forma de abordar el dolor, la memoria y la resistencia. La violencia no se glorifica, sino que muestra como una herida abierta que nunca cicatrizó.
Por supuesto, ver a Jodie Foster liderar esta temporada es un lujo. Su personaje es duro, áspero e incómodo. Está cansada, marcada por su pasado y por decisiones que aún la persiguen. A su lado, Kali Reis aporta una energía distinta, más visceral, más conectada con la comunidad y con las injusticias que nadie quiso resolver.
Si te gustan los thrillers atmosféricos, las historias que se cuecen a fuego lento y los misterios que hablan de algo más grande que "quién fue el culpable", esta serie es para ti.