Cuando se habla de Studio Ghibli, es casi imposible no pensar en mundos llenos de magia, personajes entrañables e historias que parecen sencillas, hasta que te das cuenta de su significado. Ahí están aventuras épicas como El viaje de Chihiro, relatos más oscuros como La princesa Mononoke o joyas melancólicas como El increíble castillo vagabundo. Películas que crecieron con nosotros y que, sin importar cuántas veces las veamos, siempre nos tocan algo distinto.
Ghibli tiene ese talento raro de hablarle a los niños sin tratarlos como tontos y, al mismo tiempo, conectar profundamente con los adultos. Sus historias se detienen a observar la naturaleza, las emociones y los silencios. Y quizá por eso, cuando pensamos en qué película ponerle a los más pequeños, siempre aparece el mismo dilema: algo que los entretenga, pero que también les deje algo bonito.
Una historia sencilla y por eso poderosa
Justo ahí entra Mi vecino Totoro, uno de los grandes clásicos de Studio Ghibli, disponible en Netflix. Como muchas películas dirigidas por Hayao Miyazaki, Mi vecino Totoro está pensada para toda la familia y tiene un fuerte mensaje ecológico, pero nunca lo subraya ni lo impone, sino que todo fluye de manera natural.
Japón Secreto / Toei Animation
La historia sigue a dos hermanas: Satsuki, de 10 años, y Mei, de apenas 4. Junto a su padre, se mudan a una vieja casa en el campo para estar más cerca del hospital donde su madre permanece internada por una enfermedad que lleva tiempo afectándola. El cambio no es fácil, pero las niñas enfrentan la situación con curiosidad e imaginación.
Pronto descubren que su nuevo hogar está rodeado por un bosque muy especial. Uno habitado por pequeñas criaturas mágicas, y por seres mucho más grandes y misteriosos que parecen cuidar ese lugar desde siempre.
El encuentro con Totoro
Todo cambia cuando Mei, siguiendo a una de estas criaturas, se adentra en el bosque y se encuentra con una versión enorme y adorable de ellas: Totoro. Él no es solo una criatura mágica, sino el espíritu y rey del bosque.
Toei Animation
A partir de ahí, Totoro se convierte en un amigo silencioso, protector y curioso. No habla demasiado, pero entiende todo. Acompaña a las niñas en momentos de juego, de descubrimiento y también en aquellos donde la preocupación por su madre se vuelve más pesada.
Una película perfecta para compartir
Para los niños, Mi vecino Totoro es una aventura amigable, llena de criaturas curiosas, momentos divertidos y escenas que despiertan la imaginación. No hay sustos innecesarios ni conflictos agresivos: todo es suave, accesible y cercano.
Para los adultos, en cambio, la experiencia es distinta. La nostalgia pega fuerte. La película habla de la infancia, de la espera, de la incertidumbre cuando un adulto importante está enfermo y de cómo los niños procesan emociones complejas sin tener todas las palabras para hacerlo. Totoro no soluciona los problemas y tampoco cura a la madre, pero los acompaña, y a veces, eso es suficiente.
Que Mi vecino Totoro esté disponible en Netflix es casi una invitación directa a compartirla con nuevas generaciones. Es corta, accesible y perfecta para una tarde tranquila en casa. Pero también es una de esas películas que, al terminar, te dejan con una sensación rara en el pecho.