Si te preguntas qué pasaría si mezclamos zombies, Navidad y musicales, mira esta joya escocesa, para disfrutar de la película más sangrienta, divertida y pegadiza de las fiestas
Sergio Negrete
Sergio Negrete
-Redactor
Mi infancia estuvo repleta de películas de Disney en VHS. Bien podría ser un personaje de 'El diario de Bridget Jones', 'Fleabag' o 'Parks and Recreation'

No es una película para todos. Pero si te gustan las propuestas raras, las mezclas imposibles y las historias que no siguen reglas, esta joya escocesa es perfecta para ver en diciembre.

El género zombi ha demostrado que puede adaptarse a casi cualquier tono. Ahí está The Last of Us, apostando por el drama emocional, The Walking Dead, explorando la supervivencia al extremo, y Guerra Mundial Z, llevando el apocalipsis a escala global con acción desbordada. Cada una tomó a los muertos vivientes y los llevó por caminos muy distintos.

Pero hay algo curioso: durante años, el cine de zombis se tomó demasiado en serio a sí mismo. Y aunque eso funciona, también deja espacio para propuestas que se atrevan a romper el molde. Precisamente, hay una película zombi que parece una broma imposible, pero que funciona sorprendentemente bien: una historia que combina decapitaciones con villancicos, escenas con mucha sangre y espíritu navideño en el fin del mundo.

Anna and The Apocalypse
Anna and The Apocalypse
Fecha de estreno 30 de noviembre de 2018 | 1h 38min
Dirigida por John McPhail
Con Ella Hunt, Mark Benton, Paul Kaye

Cuando el apocalipsis llega en Navidad

La película se llama Anna and the Apocalypse. La historia nos lleva a Little Haven, una ciudad tranquila y adormilada de Escocia, justo en plena temporada navideña. Entre Luces, decoraciones y compras de último momento, aparece una invasión zombi que nadie vio venir. Mientras los adultos entran en pánico y el mundo se desmorona, una adolescente llamada Anna intenta sobrevivir junto a sus amigos de la escuela.

Film at Lincoln Center

Pero el giro está en que no solo pelean contra muertos vivientes, sino que también cantan y bailan. Anna y su mejor amigo John, junto con el resto del grupo, deben abrirse paso entre muñecos de nieve ensangrentados, Santas zombis, elfos homicidas y compradores navideños convertidos en monstruos. Todo mientras avanzan por la ciudad con un objetivo claro: llegar a la preparatoria, donde creen que estarán a salvo y podrán reencontrarse con sus seres queridos.

Un musical sangriento… con corazón

Lo que hace especial a Anna and the Apocalypse no es solo su concepto loco, sino que se compromete totalmente con él. Las canciones no son de relleno: empujan la historia, desarrollan personajes y te toman por sorpresa con letras más oscuras de lo esperado.

Pero si la película entiende algo bien es el contexto. Para un adolescente, el mundo, con o sin zombis, ya se siente al borde del colapso. Entre la presión social, relaciones complicadas, decisiones que parecen definitivas y adultos que no escuchan, el apocalipsis solo amplifica el caos que ya existía desde antes.

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Anna no es una heroína perfecta. Está confundida, frustrada y quiere escapar de una vida que siente demasiado pequeña. El brote zombi la obliga a enfrentar eso de golpe y a decidir quién. En ese sentido, Anna and the Apocalypse tiene más alma que muchas películas "serias" del género.

La película es sangrienta, ridícula y hay coreografías en medio de una carnicería. Pero también hay momentos sorprendentemente emotivos. Canciones que se te quedan en la cabeza y escenas que te hacen pensar más que otras producciones zombis. Anna and the Apocalypse está disponible para alquilarse en Apple TV+, una opción diferente para la temporada.

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