Hollywood siempre ha tenido una relación incómoda con la tragedia. Accidentes inexplicables, y producciones marcadas por la desgracia parecieron confirmar que algunas películas estaban "malditas". Ahí está El exorcista, rodeada de incendios, lesiones y eventos extraños durante su rodaje, o Poltergeist, cuya saga quedó marcada por la muerte prematura de varios de sus protagonistas.
Cada uno de estos casos encendió alarmas y generó debates pero ninguno provocó un cambio tan radical y duradero como el que ocurrió a principios de los años 80, en pleno rodaje de una película aparentemente inofensiva. Esta vez, la tragedia no fue un rumor ni una cadena de coincidencias extrañas. Fue un accidente brutal y tan impactante que obligó a Hollywood a mirarse al espejo y reescribir sus propias reglas.
La noche que el cine cruzó una línea
Todo ocurrió durante la filmación de Twilight Zone: The Movie, el 23 de julio de 1982. Durante el rodaje de un segmento ambientado en la guerra de Vietnam, el actor Vic Morrow interpretaba a un hombre que intentaba rescatar a dos niños vietnamitas en medio del caos. Con explosiones, fuego y helicópteros volando a baja altura, todo estaba diseñado para ser intenso.
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Durante la escena, las explosiones pirotécnicas se activaron demasiado cerca de un helicóptero que volaba a baja altura y terminaron por impactar el rotor de cola de la aeronave, provocando que perdiera el control. El helicóptero cayó en picada directamente sobre los actores.
El resultado fue devastador. Vic Morrow murió decapitado por las aspas del helicóptero y los dos actores infantiles, Myca Dinh Lee y Renee Shin-Yi Chen, también perdieron la vida en el impacto. Todo quedó registrado, no como parte de la película, sino como evidencia.
Un juicio que sacudió a la industria
El accidente derivó en uno de los juicios más importantes en la historia del cine. El director John Landis, junto con otros miembros clave de la producción, fueron llevados a juicio acusados de homicidio involuntario. El caso duró años, fue seguido de cerca por los medios y puso bajo la lupa prácticas que durante décadas se habían normalizado en los sets.
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Aunque Landis y los demás acusados fueron finalmente absueltos, el daño ya estaba hecho. El cine había cruzado un límite peligroso y ya no había forma de fingir que nada había pasado. El segmento quedó marcado para siempre y Hollywood entendió que no podía seguir funcionando igual.
El antes y el después de Twilight Zone
A raíz del accidente, la industria implementó cambios que hoy parecen obvios, pero que antes no existían o no se aplicaban con rigor. El Directors Guild of America fortaleció su comité de seguridad, comenzó a publicar boletines regulares y estableció una línea telefónica directa para que los directores pudieran consultar dudas de seguridad en tiempo real. Algo impensable antes del accidente.
Además, empezó a sancionar a sus propios miembros por violaciones a los protocolos, algo que no hacía previamente. Por su parte, el Screen Actors Guild (SAG) creó una línea de atención 24 horas y un equipo especializado en seguridad, alentando a los actores a ejercer su "derecho a negarse" si consideraban que una escena era peligrosa.
Los resultados fueron claros: los accidentes en sets de filmación se redujeron en casi un 70 por ciento entre 1982 y 1986. Hoy, cada vez que ves advertencias de seguridad, coordinadores especializados o escenas controladas, hay una razón detrás. La escena de Twilight Zone no solo está prohibida, está enterrada como recordatorio de lo que no debe volver a pasar.