Cuando se piensa en HBO Max, es casi imposible que lo primero que venga a la mente de sus suscriptores sean mundos enormes y épicos creados para el entretenimiento en su máximo esplendor. Franquicias como las Harry Potter, Game of Thrones y Euphoria han dominado la conversación del servicio de streaming durante años y definieron a la plataforma como el hogar de grandes eventos del cine y la televisión.
Pero reducir Max solo a espadas, hechizos y dramas adolescentes sería injusto. El catálogo también tiene espacio para historias más refinadas, íntimas y visualmente deslumbrantes, que en ocasiones no son los más vistos ni los más populares. Una de esas producciones no necesita de batallas espectaculares para atrapar, porque su verdadera guerra ocurre en salones elegantes, mesas de té y miradas cargadas de juicios sociales.
Una ciudad, una época y mucha guerra social
La serie es La Edad Dorada, un drama histórico creado por Julian Fellowes, la mente detrás de Downton Abbey. Ambientada en la Nueva York de la década de 1880, la historia se desarrolla durante la llamada Edad Dorada de Estados Unidos, un periodo marcado por el auge económico, la desigualdad brutal y una obsesión enfermiza por las apariencias.
Fotogramas
Todo comienza cuando Marian Brook, una joven huérfana e hija de un general de la Unión, se muda a la ciudad para vivir con sus tías adineradas, Agnes van Rhijn y Ada Brook. Sin buscarlo, Marian queda atrapada en una despiadada guerra social entre el dinero "antiguo", que defiende las tradiciones, y los nuevos magnates que buscan comprar su lugar en la élite.
Vestuarios que cuentan historias
Uno de los mayores atractivos de La Edad Dorada es su apartado visual. Cada vestuario parece una obra de arte y cada salón un museo viviente. Ninguno de los dos solo está ahí para impresionar, sino para comunicar estatus, poder y personalidad. Quién puede usar ciertos colores, quién debe ser discreto y quién se atreve a romper las reglas marcadas por siglos.
Vanity Fair
Los palacios de Nueva York, inspirados en mansiones reales de la época, son tan importantes como los personajes. Escaleras monumentales, comedores interminables y salones diseñados para humillar al invitado equivocado. Todo contribuye a una atmósfera donde el lujo resulta tan hermoso como intimidante.
Tres temporadas de intriga elegante
Con tres temporadas, La Edad Dorada se toma su tiempo para desarrollar conflictos y relaciones. Deja que el espectador se sumerja en ese mundo donde cada gesto importa y donde la modernidad empieza a chocar con las viejas costumbres.
La serie tampoco idealiza la época, y aunque muestra el privilegio, también la rigidez, el clasismo y la hipocresía que sostenían ese brillo. Es un retrato fascinante de una sociedad que se resistía al cambio a pesar de que la transformación ya estaba tocando la puerta. Hoy mismo puedes ver la serie en HBO Max.