Hoy es muy común y grato hablar con naturalidad de Alfonso Cuarón, Alejandro G. Iñárritu y Guillermo del Toro como nombres habituales en los Oscar, pero para que eso sucediera tuvo que haber una primera cinta, un primer cineasta mexicano que llamara la atención y pusiera el cine nacional en la mirada de Hollywood. Fue una película de 1960 que hablaba sobre la muerte y la tradición mexicana la que puso la primera piedra haciendo que la atención de la Academia catapultara el arte de este país.
Se trata de Macario, película dirigida por Roberto Gavaldón y protagonizada por Ignacio López Tarso, cuyo lugar en la historia cultural de México es incomparable pues fue la primera cinta nacional nominada a los premios Oscar. Este hito cambió para siempre la percepción internacional del cine de este país.
La noche en que México llegó al Oscar
La película fue nominada al Oscar en la categoría de Mejor película en lengua extranjera durante la 33ª edición de los Premios de la Academia, qu se llevó a cabo en 1961. Hasta ese momento, ninguna producción mexicana había alcanzado ese reconocimiento.
En aquella edición Macario compitió contra producciones internacionales de un nivel igual de alto como La ciociara de Italia y The Naked Island de Japón. El Oscar fue para Italia con La ciociara, protagonizada por Sophia Loren.
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Aunque la cinta de realismo mágico no se llevó la estatuilla a casa, su nominación fue histórica porque abrió la puerta para que el cine mexicano entrara de lleno en la conversación global en la que, pese a la baja en los niveles de audiencia, sigue siendo hasta hoy una de las celebraciones del cine más reconocidas a nivel mundial. Macario fue el punto de partida de un camino que décadas después daría frutos monumentales.
Sobre la vida y la muerte
Más allá del reconocimiento de la Academia, Macario sigue manteniéndose al frente de las referencias artísticas del cine mexicano gracias a su potente estilo visual que reforzó su simbolismo y el relato profundamente mexicano que cuenta; inspirado en un cuento de Bruno Traven.
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La trama sigue a un humilde leñador obsesionado con una sola cosa: poder comerse un pavo entero sin tener que compartirlo. Cuando finalmente lo logra, se encuentra con tres figuras sobrenaturales: el Diablo, Dios y la Muerte. Es la última quien le concede un don que cambiará su destino pues Macario obtiene el poder de curar enfermos o sentenciarlos; el regalo viene con reglas claras y consecuencias inevitables.
La película mezcla fantasía, crítica social y reflexión filosófica sobre la ambición, la fe, la desigualdad y mucho más sobre la condición humana todo acompañado por una fotografía en blanco y negro que hoy sigue siendo considerada una joya del cine mexicano.
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Si tienes ganas de [re]vivir esta experiencia visual emocionante e histórica que sigue resonando hasta ahora, Macario está disponible en ViX o a través de Prime Video.