Gattaca, dirigida por Andrew Niccol, imagina un mundo donde la humanidad está dividida entre dos castas: los concebidos de manera natural, considerados inválidos, y los diseñados genéticamente, quienes ocupan los puestos más privilegiados de la sociedad. En este escenario distópico surge Vincent Freeman, interpretado por Ethan Hawke, un joven cuya genética lo condena a una vida limitada, muy lejos de su sueño de viajar al espacio. Esta premisa, tan inquietante como seductora, plantea desde el inicio una pregunta clave: ¿qué queda del espíritu humano cuando todo parece determinado por un laboratorio?
‘Gattaca’: un futuro donde tu ADN dicta tu valor
La historia de Vincent da un giro cuando decide suplantar la identidad de Jerome Eugene Morrow, interpretado por Jude Law, un válido diseñado genéticamente y marcado por un accidente que lo ha dejado sin movilidad plena. Con sus muestras biológicas y su nombre, Vincent entra al programa espacial Gattaca y se convierte en una promesa dentro de la élite científica. Pero la muerte de un oficial abre una investigación que amenaza con exponerlo, llevando la tensión a un terreno donde una simple pestaña fuera de lugar puede arruinarlo todo.
Columbia Pictures
Si bien la película presenta un romance entre Vincent e Irene Cassini, interpretada por Uma Thurman, la relación más compleja surge entre Vincent y Jerome. Entre ambos se forma un vínculo cimentado en la frustración, la dependencia y la necesidad mutua de sostener una mentira. Jerome, atrapado en su propio resentimiento, observa cómo su identidad es utilizada para alcanzar grandezas que él mismo jamás podrá lograr.
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La ciencia que dejó de ser ficción
Cuando Gattaca se estrenó en 1997, muchas de sus ideas parecían excesivamente futuristas. Sin embargo, en 2025 la ingeniería genética ya no es tan lejana ni tan hipotética como antes. La película, vista desde nuestro presente, adquiere una relevancia renovada, pues invita a reflexionar sobre los dilemas éticos de manipular el ADN humano y sobre los riesgos sociales que implica construir jerarquías basadas en el código genético.
A pesar de su tono sombrío, Gattaca ofrece un mensaje profundamente motivador. Vincent demuestra que el deseo, la disciplina y la valentía pueden desafiar incluso aquellas barreras impuestas desde antes del nacimiento. Su viaje, lleno de riesgos y revelaciones, despierta la esperanza de que ningún sistema, por rígido que sea, puede apagar por completo la determinación humana.