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    SAG Awards 2018: lo bueno, lo malo y lo feo

    Esta ha sido una temporada en la que, por un lado, no han habido grandes sorpresas, pero por otro, nos han asombrado los triunfos de 'Tres anuncios por un crimen' porque todos esperábamos que 'La forma del Agua' barriera con los premios

    La ausencia del elenco de La forma del agua de la terna de mejor ensamble no le auguraba muy felices resultados en los SAG Awards. Por el contrario, la nominación en esta categoría para Tres anuncios por un crimen dejó muy en claro que esta película sobre una afligida pero bronca madre, que le exige a las autoridades que resuelvan el asesinato de su hija, es la gran favorita rumbo a los Premios de la Academia en las categorías de actuación. Sus tres triunfos por mejor ensamble, actriz y actor de reparto en los SAG Awards la hacen alcanzar un récord que sólo Belleza americana y Chicago habían logrado.

    Por lo pronto, Frances McDormand y Sam Rockwell ya pueden irle haciendo un espacio en la vitirina a sus Óscares por mejor actriz y por mejor actor de reparto. Lo mismo Gary Oldman que sumó a su colección de esta temporada al ‘Actor’ (así se llama la estatuilla de los SAG) por mejor actor, así como Allison Janney como actriz de reparto por su papel como la escalofriante madre de Tonya Harding.

    En la televisión, la serie This is Us ganó el premio a mejor ensamble y su protagonista, Sterling K. Brown el de mejor actor. Veep, la comedia de HBO también se llevó dos 'Actores', uno por mejor ensamble y el otro para Julia-Louis Dreyfus como mejor actriz en serie de comedia. Nicole Kidman y Alexander Skarsgard también repitieron lo de premiaciones anteriores por Big Little Lies.

    Durante la alfombra roja Susan Sarandon insinuó que los SAG Awards eran un poco aburridos y tuvo razón. Quizá lo bueno fue ver lo increíble que luce Rita Moreno a sus 86 años, porque el detalle de que Kristen Bell fuera la anfitriona y que sólo mujeres entregaran los premios, ya se sintió un poco forzado. Lo malo, que La forma del agua se haya ido con las manos vacías; y también la cara restirada de Roxana Arquette, parece la abuelita de Heather Locklear. Lo más feo, además del vestido de Kate Hudson,  fue -adivinaron- la gorra de Morgan Freeman. 

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