El confinamiento no sólo ha afectado mi forma de trabajar, sino también lo que consumo por gusto personal. En el caso de las series, el esperado final de la quinta temporada de Better Call Saul en Netflix, no sólo me emocionó, sino que me dejó pensando por varios días en teorías sobre cómo terminaría Saul (Bob Odenkirk), pero sobre todo Kim (Rhea Seehorn), quien en esta temporada tuvo un protagonismo especial. Sinceramente, dicho personaje es la razón por la que no quiero que se acabe la serie, sabiendo que en Breaking Bad su historia es nula.
Pero bueno, dejando ese pensamiento que me puso un poco triste, este tiempo encerrado me hizo acudir a otras series que consumí muchos años atrás, especialmente cuando era niño y adolescente. Y es que necesitaba un respiro de lo que está sucediendo y por ello acudí a Yu-Gi-Oh nuevamente para recordar aquellos tiempos en que lo único que cruzaba por mi mente era utilizar al Mago Oscuro o tratar de convocar al Dragón de Ojos Azules sin que lo derrotaran fácilmente. Tal vez mi perspectiva sobre la serie ya no es la misma, pero la disfruté a mares durante estos días, al grado que desempolvé mi deck sólo por el gusto de saber qué cartas tenía. Suena cursi, pero en realidad este anime me subió el ánimo, je.
¿Qué ha sido de 'Yu-Gi-Oh!' después de su éxito mundial?De ahí me pasé a Dragon Ball Súper, y es que una charla con el gran Mario Castañeda, aunado con la nostalgia de los tiempos en que cuando era pequeño jugaba con mi hermano a derrotar a Cell o hacer un Kame Hame Ha mientras corríamos por la casa (y de paso destruimos un sillón por la forma en que nos aventábamos en él), me hizo anhelar ver nuevamente a Gokú en acción. Vaya que me quedé ahí por días enteros, entretenido por el torneo de los Dioses de la Destrucción o con el regreso de Freezer.
Y para no alargar tanto el cuento de mis series salvadoras en la cuarentena, tengo que mencionar la coproducción de Netflix y ESPN, The Last Dance, que desde los dos primeros episodios hacían de mis lunes algo especial; nuevamente mis recuerdos de pequeño me jugaron en contra, pues recordé cuando veía Space Jam una y otra vez, pero ahora profundizar en la carrera de Michael Jordan fue estupendo, ya que confieso que no conocía muchos aspectos de su trayectoria. Tan fascinado quedé con esto que hasta tuve que desempolvar mi balón de basquetbol para sentirme parte de este deporte.
Ahora sí, para concluir, Modern Love, disponible en Amazon Prime Video, resultó toda una sorpresa con sus pequeñas historias de amor que en más de una ocasión me conmovieron y me pusieron de buenas después de algunas jornadas extensas de trabajo. Mientras que El presidente me hizo ver el lado B del fútbol y acercarme más al trabajo de dos intérpretes que me resultaron excelentes en la serie: Andrés Parra y Paulina Gaitán que, por cierto, son unas personas muy agradables, ya que tuve la oportunidad de entrevistarlos y eso me emocionó más de lo que pensaba (puedes ver la entrevista de Andrés Parra y Paulina Gaitán aquí).
