Este año fue la oportunidad perfecta para sumergirme en lo más profundo de los cuestionamientos humanos. ¿Mi salud mental es prioritaria? ¿Por qué la inexplicable necesidad por las conexiones humanas? ¿Las relaciones que sostengo con otras personas son sanas? Todas estas preguntas fueron respondidas poco a poco mientras me acompañaba de series y películas como Pienso en el final o Soul.
Me considero una de esas personas eufóricas que se emocionan con los detalles más simples de la vida, como tomar un buen café por las mañanas o estar en pijama viendo una buena serie como Sex Education, sin embargo, antes no tenía tiempo para disfrutar como se debe de esos pequeños grandes momentos. Entonces, este año agradezco por la calma y el tiempo que verdaderamente se necesitan para disfrutar de grandes historias.
Las series y películas que me acompañaron este año como I May Destroy You o Gambito de dama las disfruté como nunca antes lo había hecho. Fue extraño sentarme en el sillón de mi casa a ver series de trama compleja como Dark sin sentirme agotada por el tráfico o las multitudes de la ciudad. Acepto que fue extraño no regresar al cine, nunca había experimentado un sentimiento de ansiedad hasta que descubrí que mi hobby favorito quedaba suspendido por tiempo indefinido. Pero, afortunadamente, producciones como Sound of Metal me invitaron a reflexionar sobre la pérdida y la aceptación, si un músico pierde la audición, yo podía perder unos meses de la vida que llevaba antes.
Finalmente, Wonder Woman 1984, aunque no es la mejor película de la historia, definitivamente es una de mis favoritas del 2020, porque cuando llegué a pensar que la vida quizás pronto volvería a una supuesta normalidad, tuve la oportunidad de regresar al cine sin miedo. En 2021 espero recuperar las experiencias que puse en pausa, pero también sueño con seguir disfrutando de grandes historias sin el estrés de la rutina.
TOP PELÍCULAS 2020 DE CRISTINA IBAÑEZ
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