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    ‘Roberto Baggio: El divino’: Lo bueno y lo malo de la película de Netflix

    Desde ya se puede disfrutar en Netflix la película biográfica 'Roberto Baggio: El divino’, una mirada personal del fenómeno de las canchas, su entrega al budismo, entereza para sobreponerse a sus lesiones y el trauma provocado por fallar un penalty.

    Como Roberto Baggio: El divino son varias las películas basadas en la vida de algún exfutbolista o inspiradas en el ambiente del balompié, algunas mejor realizadas que otras, como Hooligans, de Elijah Wood y Charlie Hunnam, Buscando a Eric, con Eric Cantona; y, sí, la primera parte de la trilogía Gol, de Kuno Becker, es una joya y un culto para el mundo pambolero por ser de las primeras en atreverse a crear una ficción de este tipo, amada por los británicos y valorada por los fanáticos del Real Madrid. La mención actual se la tiene que llevar Ted Lasso, de Jason Sudeikis, una historia fácil de ver en una sentada y cuya temporada dos la esperamos para alentar con todo al AFC Richmond en busca de regresar a la Premier League.

    Mientras llega ese momento, Netflix ya tiene disponible Roberto Baggio: El divino, la vida del fenómeno italiano de finales de los 80 y principios la década de los 90, el hombre que se ganó a todo el mundo por su carácter, gambeta, entrega y corazón, no importando que el error más duro de su carrera costó a los suyos el mundial de Estados Unidos 94. ¿Vale la pena la adaptación del apodado Divina Coleta?

    ROBERTO FUE GUÍA DE SU FILME 

    De entrada, su anuncio fue de los más comentados en foros de futbol de todo el mundo. Recrear la vida de Roberto Baggio parecía una locura, sobre todo para un hombre que, actualmente, no ve los partidos de futbol varonil y detesta ver a sus excompañeros como comentaristas, pero se quitó toda clase de negaciones y participó como consultor en la reconstrucción de su vida. "Fui prisionero de la pena cuando me propusieron este proyecto, me sentí inútil para algo bello y grande", confesó Baggio en la presentación global del filme, dirigido por Letizia Lamartire.

    La hora y media de Roberto Baggio: El divino se adentra más a su vida personal que a los logros deportivos. Narra su entereza y fortaleza para vivir con una lesión que jamás lo dejó en paz, con el fantasma del penal errado durante la final contra Brasil en la Copa del Mundo de 1994 y el no poder ir a Corea Japón 2002 por decisión de Giovanni Trapattoni. "Al final vi el guion y me pareció una poesía", contó. Esto da la certeza de ver una película lo más posible allegada a la realidad, arraigada en lo íntimo, en lo que ningún fan pudo ver fuera de las canchas y las cámaras.

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    EL ACTOR ES UN ESPEJO DEL FUTBOLISTA

    Andrea Arcangeli, protagonista de la serie Romulus, se transformó en Roberto Baggio y el resultado se ve genial. Su parecido es nostalgia pura. Se preparó cinco meses para emular los regates, carrera, gestos, diálogos, mirada; literal trabajó para ser el espejo del homenajeado. "No lo imitó, lo asimiló", le aplaudió la directora. El maquillaje fue mínimo a comparación de Diego Boneta en su representación madura de "El Sol" en Luis Miguel: La Serie, el italiano apenas requirió el peinado de la clásica coleta,  cortes de cabello y la arracada.

    Arcangeli tuvo a bien estudiar los comportamientos de Baggio en cada etapa crucial de su vida, reflejando la timidez y el miedo de un juvenil del Vicenza siendo vendido a la Fiorentina en 1985, en ese entonces el fichaje más caro de la Serie A; la arrogancia y el orgullo al enfrentar y cuestionar las decisiones de su técnico en la selección italiana, Arrigo Sacchi, y la paz interior que siempre manejó gracias a profesar el budismo desde los 17 años. De hecho, la película subraya la fuerza que tuvo para manejar todo lo que sucedía a su alrededor a través de esta religión y los créditos finales lo confirman: un pietaje de Roberto en una cumbre budista. 

    FANSERVICE FUTBOLERO 

    Hay apariciones importantes como la de Arrigo Sacchi, su técnico en Vicenza y en la selección italiana, Giovanni Trapatonni, Carlo Mazzone, Pep Guardiola y Luca Toni, estos últimos tres amigos cercanos al exfutbolista y claves en la que considera la mejor etapa de su carrera: el Brescia, el club donde se retiró 2004. Antonio Conte, Paolo Maldini, Gianluca Pagliuca, Dunga, Romario, Bebeto, Claudio Taffarel, entre otros también tienen su representación en la historia.

    Como dato curioso, la directora remarcó el empate a uno de su selección con la oncena mexicana en el mismo certamen de Estados Unidos, donde Baggio no tuvo nada que hacer gracias a la efectividad en la marca de Claudio Suárez, Juan de Dios Ramírez Perales y Nacho Ambriz (una gloria parecida a la que narra Lourdes Deschamps en Campeones). Al término del partido, Gianni Agnelli, entonces presidente de la Juventus, donde militaba el Divino, dijo que antes de disputar el juego parecía un "conejito mojado", frase que pasó a la historia.

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