A partir del poema Primero sueño, de Sor Juana Inés de la Cruz, el cineasta mexicano Nicolas Pereda (Juntos) construye, con una estética extrema en blanco y negro, la cinta Todo, en fin, el silencio lo ocupaba, una especie de expresionismo documental, que sirve como meditación sobre la filmación de una extraña obra de teatro, un monologo fascinante de la actriz, directora, artista y activista Jesusa Rodríguez, en un ejercicio donde una oscuridad profunda está apenas interrumpida por destellos de luz y donde la palabra es susurro y estremecimiento al mismo tiempo.