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Ana de Armas se hunde en la tragedia de Marilyn Monroe
por Liz HernándezResulta difícil recrear a un ícono de la cultura popular que ha atravesado el tiempo y con tan sólo escuchar su nombre piensas en la belleza absoluta. Además de su legado cinematográfico, Marilyn Monroe ha sido interpretada en el cine en numerosas ocasiones; la más reciente, por Ana de Armas bajo la dirección de Andrew Dominik en Rubia, controversial producción de Netflix que se estrenó en la edición 79 del Festival Internacional de Cine de Venecia.
Basada en la novela escrita por Joyce Carol Oates, "Blonde: una novela sobre Marilyn Monroe" debería interpretarse como una ficción y no su vida real. A pesar de que se incluyen momentos en su carrera —actorales, políticos y sociales— que nos hacen identificar a la película como un fiel retrato, Rubia debe verse con distancia y saber que lo que se aprecia en pantalla es una adaptación cinematográfica basada en la reimaginación de un enigmático personaje del siglo XX. Aún así, ¿en realidad Dominik logró rescatar la esencia de la inolvidable actriz?
La última cinta del director neozelandés, conocido por realizar El asesinato de Jesse James y Mátalos suavemente, apuesta por presentar una biopic vulnerable, gráfica y conmocionante. Detrás de un hermoso rostro y la idea de que todas las rubias son tontas, Dominik nos enseña a Marilyn desde su traumática niñez hasta su desamparo escondido bajo la cima del éxito. Al igual que el mítico personaje en que se basa la historia, la cinta resalta por su increíble belleza en lo técnico.
Pasando por una onírica ciudad de las estrellas, Hollywood es expuesto como un monstruo que se apodera de Los Angeles y de todos aquellos que intentan ganar un lugar dentro de la industria cinematográfica; siendo las aspirantes a actrices quienes más sufren del patriarcado en el cine. Si no te involucras sexualmente con algún director o productor, tu oportunidad de obtener un papel en una película está perdida. Aquí sucede lo mismo: el cineasta utiliza a Norma Jean Baker para criticar a los involucrados haciendo sufrir una y otra vez a su protagonista a lo largo de tres horas.
Netflix
El tono narrativo que se trabaja en Rubia con respecto a la verdadera identidad de los grandes íconos de la escena artística, como vimos similarmente en Elvis de Baz Luhrmann, deja entrever que las relaciones socioafectivas son las que más afectan el estado emocional de sus protagonistas. En este caso, ante la separación de su madre y la espera infinita de una figura paterna, junto a la imposibilidad de tener vínculos amistosos auténticos con terceros, Marilyn queda relegada a la soledad, siendo salvada únicamente por hombres mayores en los que ve reflejado a su progenitor y a una pareja.
Netflix
Quien alguna vez se volvió famosa a nivel mundial por sus interpretaciones en Los caballeros las prefieren rubias, y que se inmortalizó como un símbolo sexual con la escena del vestido blanco en La comezón del séptimo año, también lidiaba con problemas maritales y maternales. Ante un fuerte deseo por convertirse en madre, siendo imposible por su imagen perfecta de mujer bella y delgada, la protagonista parece ser juzgada desde la voluntad del director y no por sí misma. Dominik pinta al aborto como una maniobra para castigar a Monroe por decidir libremente sobre su cuerpo y condena su carrera actoral, así como sus relaciones.
Aunque Ana de Armas brinda una actuación impecable, empática y verdadera —sin dejar de lado el hecho de que lucen idénticas—, es lamentable que el director no se haya esforzado por mostrar más allá de las tragedias en su vida. Si bien es imposible que la cinta esté exenta de ello, gran parte de la vida de Marilyn estuvo llena de glamur, ostentosidad y, sobre todo, representó más que una cara bonita en la industria. También es desconcertante que el proyecto se le haya asignado a Andrew Dominik, cuando en una reciente entrevista se refirió a Monroe como “una prostituta bien vestida”.
Netflilx
Con una edición maravillosa que obliga a la cinta a transitar entre lo verdadero y lo surrealista, Rubia es un festín visual con actuaciones increíbles de Adrien Brody y Bobby Cannavale que se queda estancado en la ruta más sencilla para captar a su espectador: la tragedia. Una estrella de Hollywood seguramente lleva una vida difícil y su identidad se divide en dos, pero una no vive sin la otra; para ver lo desgarrador de su historia, también tenemos derecho a atestiguar sus éxitos. Si jamás se ha experimentado la felicidad, ¿cómo sabes en realidad lo que es la tristeza?
