Joy siempre ha estado fascinada por crear cosas. Esta búsqueda siempre fue apoyada emocionalmente por su abuela materna, Mimi. Pero ella siente que la falta de apoyo la ha llevado a otros a hacer fortunas con sus ideas. Y a pesar de estar en la ruina, Joy es la única persona de su familia a quien todos siempre han recurrido. Además decidió renunciar a su propia vida, esto incluye no haber asistido a la universidad para ayudar a sus padres que se estaban divorciando.
Joy tiene un trabajo como empleada de boletos de Eastern Airlines. Vive con su madre Terry, quien pasa todo el día en la cama mirando telenovelas; su ex marido Tony, un aspirante a Tom Jones latino menos que exitoso; y sus dos hijos. A esta mezcla se suma su padre Rudy, el dueño de un garaje, que es administrado por la media hermana mayor de Joy, Peggy, con quien tiene una relación algo tensa.
Rudy está pasando por un mal momento, puesto que su última novia acaba de dejarlo, y esto hace que la vida familiar de Joy sea aún más complicada pues Rudy no se lleva bien con Terry o Tony. Joy comienza a sentir sus sueños truncados y cada vez más alejados. Entonces Joy decide hacer algunos cambios en su vida y espera el apoyo incuestionable de su familia. Esos cambios incluyen la fabricación de un nuevo producto de su diseño; lo que ella elige esta vez es un trapeador autoexprimible. Ese apoyo también incluye poder presentar la idea a la novia rica actual de Rudy, Trudy. Incluso si llega a la etapa de fabricación, Joy tendrá que luchar contra las mentes estrechas de los ejecutivos de negocios en la comercialización de su producto, a menos que pueda encontrar una manera de entrar en las casas del público estadounidense. Pero nada es un trato hecho hasta que el consumidor ahorre su dinero duramente ganado por el producto y se resuelvan todos los problemas legales. Joy tiene que decidir si hacer negocios con Trudy o intentar hacerlo por su cuenta.
Joy: El nombre del éxito es dirigida por David O. Russell (La gran estafa americana, Los juegos del destino).