Crítica de SensaCine.com.mx para Un monstruo viene a verme: Conmovedora

Una madre y su hijo de 13 años libran la batalla contra la agresiva enfermedad de uno de ellos. Pese a las destrezas artísticas de ambos, ninguno tiene desarrollado el don de la comunicación o de la aceptación de la realidad; esto, da pie al oscuro mundo de fantasía que se despliega en Un monstruo viene a verme (A Monster Calls), película dirigida por el español J.A. Bayona, basada en la novela de Patrick Ness, quien luego de ceder los derechos cinematográficos por 20 millones de dólares a Focus Features, también adapta prodigiosamente su historia a la pantalla.  

Las caras y voces en este drama de 100 minutos, son todas conocidas: Felicity Jones como Lizzie Clayton y  el sin nombre Toby Kebbell figuran como los papás separados del pequeño Connor O'Malley (Lewis MacDougall). El joven Spider-Man Tom Holland sirvió para dar movimiento por computadora al monstruo-árbol-sabio que termina de cobrar vida con la voz del británico Liam Neeson.

A nivel narrativo,  lo que al principio percibimos como realidad, podría ser un engaño de la mente de Connor, con “demasiados años para ser un niño y pocos para ser un hombre”, ejemplo de ello es el supuesto bullying indiscriminado que experimenta en la escuela y que probablemente él también provoque por algún afán de autoflagelo.    

Cada escena tiene un lado b, que nos es revelado gracias a tres cuentos animados que parecieran no tener mucho sentido, pero sueltan duras lecciones para el chico de 12 años (ya para nosotros): nadie es bueno ni malo y aceptar la verdad por cruda que sea, es crecer.

Aunque hay momentos que se prestan para ser lacrimógenos, al haber pocos diálogos cursis y escaso contacto físico entre los personajes, se evita la sensiblería innecesaria. Al fin, una película conmmovedora, ya es.  

Con esta cinta, Juan Antonio Bayona, completa la trilogía que inició con “El orfanato” (2008) y “Lo imposible” (2012). El director artístico Eugenio Caballero, reitera la impecabilidad de su trabajo.