En Marshalltown, Nueva Escocia, durante la década de los años 30, Maud Dowly es una mujer con ambiciones artísticas, a pesar de su artritis reumatoide, padecimiento que la hace sentirse torpe e incapaz, visión que comparte su tía Ida y, en especial, su hermano Charlie. Después de perder un bebé en el parto y los dolores de la enfermedad, Maud se refugia en su adicción a los cigarrillos y sus deseos de convertirse en artista. Luego de que su hermano Charlie le informa que ha vendido la casa, herencia de Maud por parte de sus padres, la mujer debe buscar la forma de sobrevivir e independizarse. Al descubrir que un pescador, Everett Lewis, esta solicitando una nueva ama de llaves, Maud se ofrece en el trabajo y lucha hasta conseguirlo. Sin embargo, Everett es un hombre tosco y reacio, cuya compañía es insoportable para Maud, quien, buscando sobrellevar la situación, empieza a pintar la pequeña casa del pescador, con extrañas y brillantes ilustraciones, las cuales, poco a poco, empezaran a llamar la atención de aficionados y expertos del arte, maravillados por el arte y la historia de la chica.
Maudie, el color de la vida, es una cinta inspirada en la vida de la célebre artista Maud Lewis, dirigida por Aisling Walsh (The Daisy Chain), con un guion de Sherry White (Crackie), estelarizada por Sally Hawkins (Blue Jasmine), Ethan Hawke (Día de entrenamiento) y Zachary Bennett (Still Mine)