A principios de la década de los años 70, en el poblado de Durham, en Carolina del Norte, algunas escuelas públicas se encontraban segregadas, las cuales se dividían, en su interior, entre alumnos de raza blanca y los de raza de color. La situación racial se agrava cuando una escuela sufre un incendio, sin poderse identificar si fue accidental o provocado, lo cual levanta de nuevo un fuerte debate sobre si las diferentes razas deben estar en la misma escuela. Debido a los constantes conflictos raciales, una activista de los derechos de los afroamericanos, Ann Atwater, decide emprender una lucha conta CP Ellis, un propietario de una estación de servicio y ocupante de un puesto alto en las filas del Ku Klux Klan local, quien suele terminar sus discursos con la afirmación de que los hombres blancos son una especie en peligro de extinción. A pesar de las diferencias, ambos acuerdan presidir una reunión comunitaria para tratar el decreto de desagregación escolar ordenado por un tribunal federal.