Esta fue la primera cinta considerada como Memoria del Mundo, por la Unesco.
Para el malestar de su director, Fritz Lang, la cinta fue admirada por Adolf Hitler y Joseph Goebbels, quien, a pesar de sus antecedentes judíos, le ofreció convertirlo en un Ario honorario. Lang se marcho de París luego del encuentro con Goebbels.
La cinta incluyo a más de 37,000 extras, en hombres, mujeres y niños de varias razas y características.