Crítica de SensaCine.com.mx para Tenet: Un espectáculo de espionaje

¿Podemos comunicarnos con el futuro? Christopher Nolan introduce la idea de que todo lo que queda registrado, es una voz para el futuro, y en cuanto a registro se refiere, podemos hablar desde objetos -como tarjetas de crédito- hasta el instinto, el cual nos comunica con el futuro a través del fortalecimiento de la experiencia. En Tenet, el tiempo es el verdadero protagonista, pues a través de conceptos de Física como la Inversión, el director retrata una nueva forma de percibir la existencia a través de los ojos de un espia sin nombre.

El personaje principal, quien se hace llamar "El Protagonista" (John David Washington), recurre únicamente a sus instintos para salvar al mundo de una Tercera Guerra Mundial, pues tanto para él como para los espectadores, no hay tiempo de analizar todo lo que sucede con la trama. Desde los primeros minutos, el personaje de Clemence Poesy anuncia que no es necesario intentar comprender todo, solo sentir, y este mensaje es interpretado como: sobrevive aunque no sepas cómo.

Una vez anunciada la complejidad de la trama, Nolan juega con nuestras mentes con conceptos de Física como la inversión, el cual básicamente dice que algunos objetos o personas pueden tener su entropía invertida, es decir, mientras unos avanzan hacia delante, otros avanzan en reversa, y la misión del personaje es descubrir quién va a hacer uso de esta aterradora tecnología y cómo contrarrestarla.

La narrativa reta al espectador a comprender una trama bastante compleja, pues en ciertos momentos pareciera una cátedra de física y no queda claro cuáles son los incentivos emocionales o dramáticos que motivan a "El Protagonista". En otras producciones de Nolan como Interestelar, además de abordar con destreza conceptos como la Relatividad, se cuenta la historia de un padre que busca reencontrarse con su hija, siendo el tiempo su peor enemigo; pero en esta ocasión, el personaje principal es simplemente un espía a quien se le asigna la misión de salvar al mundo, por lo que nunca conectas emocionalmente con su causa.

Por otra parte, es paradójico que aunque los personajes de Robert Pattinson o Kenneth Branagh constantemente nos bombardean con conceptos de Física, algunos aspectos de la trama son bastante predecibles, siendo las escenas de acción las únicas que verdaderamente sorprenden. Es evidente que Nolan se concentró en jugar con paradojas a través de emocionantes secuencias de pelea, explosiones y persecuciones, dando como resultado una película impactante únicamente en el ámbito visual. Cabe destacar que se ocuparon menos efectos especiales que en muchas comedias románticas y que la película está compuesta en su mayoría por efectos prácticos, convirténdose en uno de los espectáculos visuales más impactantes en pantalla grande.

Finalmente, John David Washington es un arrogante y elegante espia moldeado a la vieja escuela y Robert Pattinson sorprende por su elocuencia para hablar de Física; no obstante, el villlano, Kenneth Branagh, aunque aprendió a hablar en reversa con acento ruso, no termina de converncer, pues sus intenciones para destruir al mundo son un tanto vacías. 

Tenet es gloriosamente ambiciosa, no es una película de viajes en el tiempo pero sí un espectáculo de espionaje; Christopher Nolan ha hecho su propia película de Bond mientras juega con el tejido del tiempo. Esta producción combina las historias de espionaje con el toque explosivo del director de Batman: El caballero de la noche. Cabe destacar que los agujeros en el guion son bastante evidentes, pero los efectos visuales la convierten en una película emocionante y ferozmente entretenida, aunque muy poco emotiva.