"Carmona tiene una fuente con catorce o quince caños, con un letrero que dice: '¡Viva el polo sevillano!'", canta la conocida letra popular andaluza, en contraste con el ambiente de desarrollo que se vive en la España del año 2004.
Barcelona se halla en pleno derroche festivo por la celebración del Fórum Universal de las Culturas. La ciudad está cambiando rápidamente, su gente también y las tradiciones se pierden por cumplir con los requisitos estéticos que gustan tanto a los turistas. Entre esas personas que han desaparecido sin dejar rastro es Pedro Vázquez, quien está a punto de cumplir 70 años y se ve obligado a abandonar el lugar donde vive, en el Casco Antiguo de Barcelona (Ciutat Vella). Pero, ¿a dónde podría ir Pedro?
Carmona tiene una fuente es el retrato íntimo de la odisea que emprendió el director para poder encontrar a aquellos que han sido desalojados indirectamente por los cambios sociales alrededor del Bar del Pi.