X-Men

En la cinta X-Men, dirigida por Bryan Singer (Sospechosos comunes), a mediados de los años 2000, el congreso de los Estados Unidos se encuentra debatiendo sobre una ley que obliga a la población conocida como mutantes a registrarse en una especie de censo, donde deben publicar su identidad y sus poderes. Las diversas ramificaciones de la aprobación de dicha ley pondrían en peligro a los mutantes, quienes se enfrentarían a discriminación, amenazas e intentos de asesinato. En vista a las consecuencias que podrían enfrentar, se establecen dos mandos, con ideologías opuestas, de los mutantes: por un lado, esta Charles Xavier, profesor de una institución especializada en jóvenes mutantes, quien piensa que pueden negociar y trabajar con los humanos de forma pacífica; por el otro está Erik Lehnsherr, mejor conocido como Magneto, uno de los mutantes más poderosos, cuya filosofía radica en reconocer que son una especie superior y que los humanos no merecen su piedad. En medio de las tensiones políticas, los mutantes empiezan a tomar postura y a enfrentarse entre ellos, motivando que los humanos sientan mayor amenaza y aceleren la aprobación de la ley.