Crítica de SensaCine.com.mx para El tercer asesinato: La verdad y sus complicaciones

La búsqueda de la verdad nunca para sin importar la situación planteada. Cuando estás en medio de un juicio que define el resto de tu vida, por supuesto que cobra más relevancia comprobar la inocencia, o al menos eso es lo que la mayoría pensamos, pero no Misumi, un hombre que enfrenta su segundo juicio por asesinato y por ello es sentenciado a muerte.

Sin embargo, un perspicaz abogado se impone como reto por lo menos reducir la pena a sólo cadena perpetua, pero pronto se dará cuenta que no será como un típico caso más en su historial, sino que tendrá que enfrentarse a la palabra de su propio cliente, quien no es consistente en sus declaraciones ni siquiera por la situación en la que se encuentra.

El tercer asesinato es un drama misterioso que trata de indagar en la verdad y las complicaciones de encontrarla. El propio director de la cinta Hirokazu Koreeda se puso esta premisa como la principal para escribir y posteriormente estar al frente de su nuevo largometraje, mismo que tiene un comienzo pesado, rígido y lento, al presentar a los involucrados, el momento en el que se encuentran y por supuesto las posturas de cada uno.

Lo bueno es que una vez entendido todo esto y comenzado el juicio de sentencia, logra involucrarte de lleno a los sucesos, hasta uno mismo como espectador comienza a generar teorías al respecto. Inclusive hay un par de giros en la historia que ayudan a prestar aún más atención, porque si perdiste algún detalle seguramente comenzarás a bostezar.

Hay una escena en específico en que crees por completo el rol de abogado y cliente, cuando se encuentran charlando en la cárcel divididos por un vidrio grueso, es ahí cuando llegan a la antesala de la explosión personal, al grado de gritarse el uno al otro y darle un toque sutil y necesario de tensión a lo contado.

Si vas tienes ganas de ver una cinta de corte independiente, con un planteamiento duro en comienzo, pero del que saldrás satisfecho, El tercer asesinato es una buena opción, no sólo por su propuesta sino por la madurez del cine asiático que comienza a despuntar en el mundo desde hace un tiempo.