Contaron con la locación desde un inicio, así que el guion se escribió para sacar el mayor partido posible de ésta, los espacios, lo que había en éstos, las entradas y las salidas.
Federico Roca, uno de los guionistas de la cinta, viene de una familia con un historial de adicciones y enfermedades psiquiátricas como, la depresión. El depresivo vive en círculos, como Fernando, el protagonista de la película y aunque el empleo de su historia familiar no se utilizó de forma consciente se sintió muy identificado con muchas cosas que le ocurren al personaje.
La historia tiene algo que ver con la muerte del padre de Oscar Estévez, uno de los guionistas. Para él escribir la película fue un ejercicio o una catarsis, se inspiró al pensar en sus últimos días, en sus vínculos y sus cosas sin resolver, dando vueltas por su cabeza. Y si bien era un escenario muy distinto al del protagonista, era igual de triste y solitario.
Federico y Óscar, los guionistas, trabajaban gran parte del tiempo por Skype, es algo que suelen hacer aún cuando están en la misma ciudad. Es parte de su ritual de trabajo.
Todo el trabajo se hizo a contrareloj porque el lugar en el que se filmaría la película iba a ser demolido.