En medio del longevo conflicto entre chechenos y rusos, se encuentra Abubakar, un hombre de 46 años trata de evitar las características beligerantes, para dar paso a las virtudes culturales y religiosas, a modo de una lucha por su autonomía, pero también como una prueba de resistencia ante las injusticias y atropellos del conflicto político. Así, Abubakar forma parte de un ritual espiritual, la danza sufí conocida como “zikr”, práctica común de los musulmanes chechenos. Para Abubakar, el baile es una especie de limpieza, un acto de liberación de él y su cultura, uno que le permite reunirse con sus muertos, con sus dolores y con sus esperanzas, una coreografía se convierte en una experiencia mística.
El documentalista Martín Solá toma como base lo que es la vida de una comunidad viviendo en un territorio ocupado por otra nación, lo que implica para su cultura, su religión, su música, que, mediante un ritual, tratan de amortiguar el sufrimiento de la vida cotidiana.