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    Presencias del mal
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Presencias del mal

    Misma fórmula, pésimo resultado

    por Iván Romero

    Kate (Mackenzie Davis) es una niñera contratada para cuidar a dos niños huérfanos llamados Flora (Brooklynn Prince) y Miles (Finn Wolfhard). El trabajo de la chica resulta no ser tan fácil como pensaba, aunque sin duda le resulta una gran oportunidad, ya que tiene que trasladarse a una portentosa finca lejos de la ciudad donde vive, aunque los pequeños no parecen estar de acuerdo con su llegada. A esto sumémosle que una serie de extraños eventos empiezan a ocurrir desde el momento que pisa la mansión, por lo que Kate pone a prueba su paciencia y, sobre todo, su cordura en Presencias del mal.

    La historia está basada en el clásico del escritor estadounidense: Henry James, titulado Otra vuelta de tuerca, una de sus novelas más alabadas y adaptadas tanto a la pantalla grande como a la chica. Tan solo este año Mike Flanagan tomará esta historia para la segunda temporada de La maldición de Hill House y la bautizará bajo el nombre de The Haunting of Bly Manor. Películas como La heredera (1949) con Olivia de Havilland o la estupenda The Innocents (1961) con una brutal Deborah Kerr han tomado esta misma historia con excelentes resultados y es obligatorio mencionar que el texto fue inspiración para que Alejandro Aménabar realizara el clásico Los otros con Nicole Kidman. Ahora Universal Studios la vuelva hacer, pero sin el encanto ni la pericia que una historia como esta requería.

    Presencias del mal es uno de los primeros filmes de horror que se estrenan este año y es inevitable reflexionar sobre la raíz del susto en una sala de cine y por qué sigue siendo uno de los mayores éxitos explorar este género para los grandes estudios de cine, a pesar de no tener nada nuevo qué decir, como en este caso. El miedo está ahí, justo en las reacciones de los demás, en las sensaciones, en el entorno, en aquellos espacios donde a primera vista no pasa nada. Los ruidos sin razón, puertas abriéndose y cerrándose a la menor provocación, los rechinidos de la madera de una casa vieja y niños comportándose como adultos o manifestándose incomprensiblemente, no resultan algo nuevo para absolutamente nadie, sin embargo, muchas veces terminas comprando todo esto cuando está contado correctamente.

    A la cinta se le podría catalogar como un cliché cinematográfico dentro del género de horror o de suspenso; hemos visto esto hasta el cansancio, pero el problema no es la fórmula como acabo de mencionar, sino la manera y el punto de vista de quienes te la cuentan. Es muy fácil caer en este tipo de historias tramposas, en las que basta meterle mano a un clásico, integrar a un par de estrellas juveniles en ascenso y meter todo lo mencionado en una licuadora, a ver qué es lo que sale, sin importar la reacción del espectador o cual es el resultado del producto; a final de cuentas, el horror vende y es ahí cuando lo logrado por otros genios que están intentando reinventarlo pierden un poco de lo ganado, porque de nueva cuenta, el espectador deja de creer en el género, o por lo menos ese es el sentimiento con el que uno sale de esta película

    Presencias del mal es un filme ramplón, sin sentido y una terrible y aburrida adaptación de este clásico. Ni la presencia de Mackenzie Davis vale la pena para darle la oportunidad a algo tan, pero tan mediocre. La mayor vuelta de tuerca aquí es la del olvido, justo a donde irá este filme a parar.

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