Nacido el 8 de enero de 1894 en el Zarato de Polonia, zona sometida al Imperio ruso, Rajmund Kolbe tuvo una aparición de la Virgen cuando apenas era un niño. Desde entonces, supo que su vocación sería una que atravesaría la pureza, la voluntad y, en parte, el martirio. Cuando era joven, su devoción le ayudó a salvar un dedo de la amputación y entonces se nombró Maximiliano María Kolbe para así convertirse en uno de los clérigos franciscanos polacos más reconocidos y admirados. Dedicaría su vida para promover la veneración a la Virgen, obteniendo doctorados en filosofía y teología, fundando la asociación conocida como la Milicia de la Inmaculada. Fundador también de dos diarios religiosos, Kolbe vivió la invasión del ejército nazi en Polonia, quienes bombardearon la Ciudad de la Inmaculada y lo llevaron como prisionero, así como a todos sus colaboradores. Como prisionero de Auschwitz, Kolbe se ofreció como voluntario para morir de hambre, con el fin de salvar la vida de un compañero y así dejar un legado sobre su vida y obra.