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    Un lugar en silencio: Parte II
    Críticas
    4,5
    Imprescindible
    Un lugar en silencio: Parte II

    Más rápida, más ruidosa y más aterradora

    por Cristina Ibañez

    La fórmula de Un lugar en silencio es tremendamente eficaz: no hagas un solo sonido o serás carne muerta. Y en esta secuela, el director John Krasinski logra replicar y mejorar esa fórmula, demostrado nuevamente su inteligencia y talento a la hora de ser director de género.

    Cuesta trabajo confiar en las secuelas porque generalmente parecen más una oportunidad de negocio que verdaderamente necesarias; todavía cuesta más trabajo confiar en las segundas partes de títulos tan buenos como éste porque pocas veces igualan o superan a la primera entrega. No obstante, los cambios que hizo Krasinski en Un lugar en silencio: Parte II funcionan muy bien y además se sienten especialmente descarados: esta película es más grande, más rápida, más ruidosa y más típica del género de superproducción de terror.

    La película se divide en dos partes: primero tenemos la precuela en donde nos explican cómo comenzó la invasión y, en paralelo, tenemos la continuación de los hechos tras la muerte de Lee, interpretado por Krasinski.

    Recordemos que en la primera entrega, Lee Abott (Krasinski) se sacrificó para que su familia sobreviviera a las criaturas que cazan por el sonido, dejando solos a su esposa Evelyn (Emily Blunt) y a sus hijos, Regan (Millicent Simmonds), Marcus (Noah Jupe) y el nuevo bebe. Ya que no es segura, la familia se ve obligada a abandonar la granja donde han permanecido desde que empezó la invasión y a enfrentarse a los terrores del mundo exterior. En Un lugar en silencio: Parte II, los miembros de la familia Abott se ven obligados a aventurarse a lo desconocido y se dan cuenta de que las criaturas que cazan por el sonido no son las únicas amenazas.

    Esta entrega tiene aproximadamente el triple de diálogos que la original y el horror es mucho más literal y directo. Más allá de los jump scares provocados por el sonido o las criaturas alienígenas que cazan por el sonido, lo verdaderamente aterrador es seguir la historia de una madre intentando sobrevivir al apocalipsis con tres hijos, uno de ellos recién nacido que evidentemente no sabe permanecer en silencio.

    Además, apreciamos más de cerca a las criaturas y las escenas de persecución son más rápidas y ruidosas. Con esta secuela, el protagonista de The Office afirma su talento para orquestar escenas tensas de vida o muerte con un sentido emocionante; sabe cuándo ir o no despacio y eso es algo que en la actualidad pocos director del género saben hacer.

    Por otro lado, esta segunda entrega tiene un nuevo elemento interesante de analizar: el temor a otros humanos. La trama por supuesto que nos tenía que presentar a personas menos generosas que los Abbott, quienes en ciertas secuencias provocan aún más ansiedad que las mismas criaturas. No obstante, al nuevamente contar una historia sobre el amor de familia en paralelo a una trama de terror, Krasinski encuentra un equilibrio perfecto entre la crisis y la unión familiar. 

    Las actuaciones siguen siendo sólidas e intensas, Emily Blunt encarna una gran cantidad de estrés físico y lo hace tremendo a la hora de retratar la necesidad maternal de proteger. En cuanto al nuevo protagonista masculino, Emmet, interpretado por Cillian Murphy, es muy interesante el arco que desarrolla porque es un hombre en duelo bastante complejo que si bien no es un héroe como el personaje de Krasinski, sí es alguien con quien se puede generar bastante empatía.

    En cuanto al guion, además de preocuparse por los personajes que intentan sobrevivir en silencio, nuevamente enseñó a las audiencias a convertirse en observadores silenciosos; es increíble cómo esta secuela logra replicar esta forma de comunicación tanto para los que están frente a cámara como para los espectadores. Y, hablando del silencio como elemento clave para el diseño sonoro, aunque esta película es más rápida y ruidosa, no hay nada más aterrador que ver a la familia intentando sobrevivir fuera de la seguridad del hogar en completo silencio.

    Un lugar en silencio: Parte II es tremendamente audaz en cuanto a narrativa. A pesar de que John Krasinski no planeaba una segunda entrega, el resultado es tan positivo que termina siendo hasta necesaria, demostrando nuevamente el talento del director para orquestar producciones del género al mismo tiempo que retrata una emotiva historia que enaltece el valor de la familia.

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