En el pequeño poblado de Álvaro Obregón, ubicado en el istmo de Tehuantepec, Oaxaca, los miembros de una comunidad zapoteca, han empezado a recibir constantes amenazas de una corporación transnacional, quienes tienen la intención de instalar un parque eólico sin el consentimiento de los pobladores. La vida diaria de la comunidad y su propia supervivencia depende de la pesca, la cual se ha visto gravemente afectada por las hélices instaladas por la corporación, las que generan energía eléctrica. Los habitantes han resistido las fuertes embestidas legales e ilegales de la corporación, creando una policía comunitaria que controla el acceso, pero se enfrentan contra una organización poderosa, que ha recurrido a todo tipo de prácticas para lograr su cometido, sin importar los daños que hagan en la región.