Con el sobrenombre de “El Enmascarado de Plata”, Rodolfo Guzmán Huerta, conocido mundialmente como "El Santo", fue uno de los luchadores más famosos de México y el mercado internacional, así como uno de los íconos de la cultura mexicana. Profesional de 1942 a 1982, cuatro décadas donde nunca perdió su emblemática máscara, El Santo también se convirtió en un héroe popular y un símbolo de justicia, expandiendo su legado más allá del cuadrilátero. Celebrando el 70 aniversario de su nacimiento, el documental, El hombre detrás de la máscara realizado por Gabriela Orozco y narrado por su hijo, Jorge Guzmán, muestra la historia de esta figura histórica, desde su debut como luchador, ganándose el cariño y respeto del público hasta su ascenso en la cinematografía mexicana, con cintas que veían al luchador combatiendo todo tipo de peligros, desde monstruos legendarios, hasta operaciones y misiones especiales únicas. Pero a través de su hijo, luchador conocido como “El Hijo del Santo”, también conocemos al hombre más allá del deporte y el espectáculo, la vida de un niño con un padre que tenía una doble identidad, que con frecuencia estaba ausente de su hogar y de su crecimiento, pero también del descubrimiento de un padre que era una leyenda, un héroe y los motivos para continuar con su legado.