Mientras revisaban una vieja cinta en formato Betamax, aparecía la imagen de artista de nacionalidad polaca y norteamericana Stanislav Szukalski, hablando con cierta emoción y nostalgia sobre su vida y sobre su obra con Glenn Bray, amigo suyo y conocedor y coleccionista del arte. Bray paso varios años, los últimos de la vida de Szukalski, para capturar su historia, su carrera y su inusual y particular personalidad, donde el propio Bray confiesa como conoció al artista polaco, por casualidad, cuando en 1971 encontró uno de sus muchos dibujos expresionistas y, determinado a saber más de él, descubrió que vivían relativamente cerca. Szukalski fue un mítico creador de una mitología propia, con dibujos, pinturas y un extenso manuscrito que, tras huir de la guerra en su país, se estableció en Chicago, donde se volvió un artista vanguardista sin siquiera saberlo. En el documental Struggle: The Life and Lost Art of Szukalski, el cineaste Irek Dobrowolski (Potrecista) explora y reconstruye el camino del artista para convertirse en una influencia casi desconocida.