Padre no hay más que uno

Según él mismo, Javier es el padre perfecto del siglo XXI, pero la realidad es que, trabajando como CEO y técnico informático de una importante empresa de telefonía móvil, está todos los días perdidos en su computadora portátil programando nuevas aplicaciones y descuidando a su esposa Marisa y a sus cinco hijos (la adolescente Sara, la preadolescente Carlota, los niños Rocío y Dani, y la pequeña Paula). La situación estalla cuando Javier le da a Marisa una mala noticia: no puede cumplir con el viaje prometido al Caribe para celebrar sus 15 años de matrimonio. Cansada y aburrida de Javier, Marisa se va con su cuñada al viaje durante una semana y deja a Javier para que, por fin, demuestre si realmente es tan perfecto como él cree. En Padre no hay más que uno, Javier descubre pronto que su nuevo trabajo como padre de tiempo completo lo supera, convirtiendo una semana, en teoría simple y tranquila, en una espiral imparable de locura que lo cambiará por completo.