El documental No se mata la verdad cuenta la experiencia de Témoris Grecko, periodista y corresponsal de guerra que, durante una cobertura de la guerra de Siria, es secuestrado en la zona y es testigo de la ejecución de un compañero periodista. El asesinato y el secuestro marcan el inicio de una reflexión de un problema de gravedad en todo el mundo, la lucha del periodismo por la defensa de la libertad de expresión. Grecko volvió a México en uno de los periodos más violentos y sangrientos del país, entre 2015 y 2017, donde periodistas a lo largo del país aparecían asesinados por el crimen organizado, bajo la mirada indiferente del gobierno mexicano. En las zonas del silencio de la frontera de México y Estados Unidos, territorios dominados por los narcotraficantes, son asesinados periodistas como Moisés Sánchez, Rubén Espinoza, Miroslava Breach y demás corresponsales, que, fuera de causar una investigación del gobierno, provocó una persecución de gobernadores y altos puestos para silenciarlos.