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    Locos Por la Herencia
    Críticas
    1,0
    Muy mala
    Locos Por la Herencia

    Mirreyes “en desgracia” por enésima ocasión

    por Miguel Martínez

    El cine mexicano comercial atraviesa el mejor momento de su historia. Nunca se había visto que tantas películas dirigidas a un público masivo lograrán encajar con los gustos de la audiencia mexicana. La comedia romántica ha sido la clave de este éxito, pese a su cuestionable calidad, la fórmula aplicada desde Nosotros Los Nobles (Alazraki, 2013), donde el objetivo es centrarse y burlarse de la desgracia de la clase media alta de México a.k.a. el mirreynato, ha funcionado desde entonces. Sin embargo, ¿qué sucede cuando este recurso es explotado y provoca una saturación en la oferta cinematográfica nacional?

    Locos por la herencia, película dirigida por Juan Carlos de Llaca (Por la libre), cuenta la historia de Andrea (Paulette Hernández) y Héctor (Alberto Guerra), un par de hermanos que pertenecen a la clase alta de México, quienes luego de la muerte de su padre deben lidiar con su futuro de manera independiente y pelear su derecho a recibir su porcentaje correspondiente de una jugosa herencia. Para ello, deben salir de su “zona de confort” y enfrentar este desafío juntos. ¿Les suena familiar?

    El principal problema de esta película no son las claras limitaciones que hubo en su presupuesto para su realización, sino la falta de una idea original en su desarrollo. Locos por la herencia es una fallida copia de producciones que generaron un impacto mediático en su momento como Nosotros Los Nobles y Club de Cuervos. El nuevo trabajo de Juan Carlos de Llaca trata de emplear la fórmula de la desgracia mirrey para tratar de construir un relato que reflexione sobre el enorme valor que se le da a lo material y la exploración sobre el poder de decisión que un joven puede tener sobre su vida, pero falla en el intento en conseguir esto debido a un guión carente de calidad, plagado de clichés y lugares comunes.

    Ni el carisma de sus protagonistas Alberto Guerra y Paullette Hernández es capaz de sacar a flote esta producción que conforme avanza se inventa problemas y situaciones que no tienen ninguna repercusión en la historia. Al contrario, la trama se resuelve de la forma más absurda posible. Es incomprensible que este tipo de películas logren llegar a un circuito comercial y más alarmante que otras producciones que merecerían mayor atención y exhibición sufren por tener una corrida de 50 pantallas en todo el país. 

    El éxito de Nosotros Los Nobles se convirtió en un parteaguas para la industria cinematográfica en México. A partir de su estreno y hasta la fecha, el cine comercial mexicano es dominado por un exceso de comedias románticas simplonas, carentes de calidad en sus guiones y realización, derivadas del exitoso estilo impuesto, en su momento, por Alazraki. Quizá sea un buen momento para analizar si lo que vemos actualmente como “producto comercial” en pantalla merece los millones de pesos que ha registrado durante el 2019 antes de volvernos locos por su pobre calidad. 

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