Mi cuenta
    El baile
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    El baile

    Mil referencias a Broadway, harta brillantina y mucho, mucho corazón

    por Iván Romero

    Nuevamente Hollywood y Broadway se unen para llevar a la ficción el musical El baile, basado en una idea original de Jack Viertel y con música de Matthew Sklar. En 2018 el montaje de Nueva York fue recibido con alegría por parte de los críticos, quienes alababan la sátira a Broadway y lo catalogaron de alentador y divertido discurso sobre la inclusión. A pesar de no ser perfecto, el musical irradiaba positividad, aunque no ganó premios, tuvo varias nominaciones en el 2019 a los Tony (que galardonan lo mejor del teatro en Broadway). Esto auguraba un futuro prometedor para el musical, pero desafortunadamente el montaje tuvo que cerrar en agosto del 2019, debido a que los costos eran elevados y la competencia teatral era brutal. Pero no todo se había perdido, el productor y director Ryan Murphy había visto la obra y quedó enganchado de ella.

    La idea original de Murphy era filmarla, tal como lo hicieron con Hamilton, y aprovechar su contrato con Netflix para la producción de contenidos exclusivos. Los derechos ya los tenía y antes de que la obra finalmente cerrara en Broadway, los planes cambiaron; ahora adaptaría el musical para hacerla ficción y armó un elenco lleno de estrellas encabezado por Meryl Streep, Nicole Kidman, James Corden, Andrew RannellsKerry Washington y las revelaciones de Jo Ellen Pellman y Ariana DeBose quien, por cierto, estará en West Side Story de Steven Spielberg el año entrante. La graduación estaba lista y, contrario a los anteriores trabajos de Murphy detrás de cámaras como Comer, rezar y amar o Recortes de mi vida, no iría directo al cine, sino a una plataforma de streaming.

    El baile (The Prom, título original) cuenta la historia de cuatro actores de Broadway: Dee Dee Allen (Streep), Barry Glickman (Corden), Angie Dickinson (Kidman) y Trent Oliver (Rannells), quienes se encuentran en el peor momento de su carrera, por lo que buscan alguna actividad social que los ponga en el ojo público y así se ganen bonos otra vez con la industria del teatro. Ahí es donde entra Emma Nolan (Pellman), una chica de preparatoria que lo único que quiere es llevar a su novia al baile de graduación en Indiana. La junta de padres de la escuela se lo prohíbe, dado su conservadurismo y ahí los cuatro disruptores culturales -como lo menciona Dee Dee- llegan a defender a Emma y a darle el baile de graduación que tanto ella, como todos los alumnos, deberían tener, sin importar su preferencia sexual o algún tipo de diferencia.

    Murphy, quien ha generado división de opiniones en su carrera por igual, me atrevo a decir que se desenvuelve mejor en un largometraje. Sin contar que en sus seriados reúne a varios escritores y planea brillantes premisas, pero en la mayoría de las veces se pierde su voz en el desarrollo. Aquí tiene un texto ya hecho, canciones terminadas y un espíritu que, aunque el espectador no haya tenido la suerte de ver el montaje de Broadway, seguramente se asimila mucho a lo que Ryan plasmó en pantalla. Las situaciones creadas en torno a Emma en definitiva son irreales, así como su resolución y los cambios de parecer de ciertos personajes, sin embargo, a capricho del creador de la obra, deja un mensaje claro sobre la importancia de amar a todo aquel que sea diferente a uno y de celebrar la libertad y el amor en todas sus formas.

    El elenco no puede estar mejor. Meryl Streep, a quien habíamos visto en musicales como Mamma Mia! y En el bosque, nunca se había visto más cómoda, divertida y segura que en El baile. Y no sólo en las películas mencionadas, sino en otras en las que de pronto parecía reciclarse a ella misma. Su número “It’s Not About Me” es una delicia y su Dee Dee se suma a la colección de grandes personajes en su larga y laureada filmografía. James Corden, quien viene de un fracaso tan sonado como Cats, aquí se ha puesto en el ojo del huracán y ha sido duramente criticado por su retrato ridículo de un homosexual, lleno de estereotipos y clichés, en palabras de otros. El actor se divierte a lo grande cantando, sin afán de caer en ninguna corrección política.

    Nicole Kidman, de igual manera, se ve relajada haciendo de Angie, una corista de Broadway frustrada, pero desfachatada y encantadora, aunque con atuendos dignos de cualquier pasarela. Su número es un homenaje a Fosse y no tiene reparo alguno en ser un personaje de reparto, porque sólo las grandes actrices como ella aceptan proyectos así. En su caso, es el tercer musical en el que participa: Moulin Rouge y Nine han sido sus otras experiencias en el género. Andrew Rannells (quien tiene otro de los mejores números del filme), Kerry Washington y Keegan-Michael Key desbordan entusiasmo, tal y como se los exige cada uno de los números, sin olvidar, por supuesto, que la cinta es de Jo Ellen Pellman, quien resulta toda una revelación y de Ariana DeBose, quien hace una gran contraparte a la primera.

    El baile es una celebración. Una feel good movie con un oportuno mensaje de inclusión, y en la que no paras de sonreír. Mil referencias a Broadway, harta brillantina y mucho, mucho corazón. Canciones padrísimas y números musicales encantadores. ¿Algo más?

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