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    No te preocupes, cariño
    Críticas
    2,0
    Pasable
    No te preocupes, cariño

    El paraíso idílico de lo ya visto

    por Luis Fernando Galván

    En 2019, la actriz Olivia Wilde tomó la decisión de expandir su carrera colocándose detrás de la cámara para dirigir La noche de las nerds. Su comedia, protagonizada por Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein, evidenció una confianza y un talento formidable al encontrar formas de romper las expectativas y ofrecer una visión elocuente, divertida y conmovedora para abordar el tema de la amistad, desde una perspectiva femenina, y evitando en gran medida las tonterías sombríamente vulgares que se repiten en los relatos que abordan el despertar sexual y el deseo durante la adolescencia. 

    Ahora, en No te preocupes, cariño (Don't Worry Darling, 2022), su segunda incursión como directora, Wilde elabora una película intencionalmente enigmática e intrigante para cuestionar los conceptos de la apariencia, el control y el bienestar, pero termina por ser un trabajo discordante sobre el imaginario cinematográfico e iconográfico de la sociedad estadounidense de los años 50 como un paraíso idílico, pero sin el empuje y la fuerza necesaria para desenmascarar salvajemente esta utopía y revelar sus oscuras entrañas.

    Ambientado en la década de 1950, el relato se centra en un matrimonio joven conformado por Alice (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles), que viven en una ciudad utópica -en medio del desierto- llamada Victoria. Todos los días, el hombre sale de casa para asistir a su trabajo en una empresa ultrasecreta creada y dirigida por el misterioso y carismático Frank (Chris Pine), mientras que la protagonista se queda para cuidar de la casa y mantener todo en orden con cada una de las actividades domésticas para después, convivir con las otra mujeres en sus clases de ballet y en otras actividades sociales. Este pequeño paraíso, donde todos parecen estar felices y satisfechos, corre el riesgo de derrumbarse cuando Alice, después de algunas visiones quizás vinculadas a un pasado que ya no parece recordar, comienza a hacer demasiadas preguntas.

    Ya desde estas primeras líneas, que describen el argumento de la primera parte de la película, es evidente que mucho se enfoca en intrigar a los espectadores con la promesa de ofrecer respuestas a los muchos misterios que envuelven al relato. A través de imágenes y atmósferas que recuerdan un poco a The Handmaid’s Tale (tanto la serie protagonizada por Elisabeth Moss, pero sobre todo a la novela de Margaret Atwood), Wilde opta por envolver su relato en el terreno del thriller psicológico con algunos elementos de la ciencia ficción, pero eligiendo una atmósfera reluciente gracias a la fotografía de Matthew Libatique (nominado al Oscar pos sus trabajos en El cisne negro y Nace una estrella), optando por una estética más cercana al arte pop, con guiños contrastantes al mundo visual de las redes sociales, como lo confirman las coloridas escenas de la vida cotidiana que recuerdan las historias de Instagram.

    Warner Bros

    Tanto en términos de temas, contenidos y formas el guión escrito por Katie Silberman (autora de ¿No es romántico?) está plagado de referencias e influencias a obras como The Wives Factory, Pleasentville, Matrix, The Truman Show y Black Mirror que sólo sirven para reiterar la falta de creatividad y la muy poca originalidad para plantear misterios, después resolverlos y finalmente revelarlos de la manera más perezosa posible. En este sentido, al ser un catálogo de lo ya visto, No te preocupes, cariño falla donde debería aspirar a afirmarse, es decir, en la formación de una identidad propia, en la confección de una mínima visión autoral.

    Sin emociones y con una frialdad lúgubre, Wilde nos arrastra a un universo en el que su resplandor, brillo y perfección son sólo la fachada de algo más siniestro, pero que resulta predecible a pesar de algunas visiones oníricas de la protagonista que logran mantener la curiosidad de la audiencia. Otro elemento gratuito que es empleado por la directora para evitar que la audiencia se le escape son las secuencias amorosas y sexuales entre Alice y Jack, dos personajes sin alma ni carácter propio impulsados ​​por una pasión desbordante que nunca está  realmente justificada.

    En esta atmósfera tan adversa, Florence Pugh (Midsommar) intenta mantener la película en pie de lucha con una interpretación comprometida y congruente con su personaje, pero no es suficiente ante la rígida actuación de su colega. A medida que la estructura artificial se vuelve cada vez más evidente, el interés decrece gradualmente y luego desaparece una vez que se alcanza el clímax banal de la película, un cierre engorroso y descuidado, no solo en la revelación clave de la trama sino también en la ejecución desordenada y falsa.

    Aún más problemático, entonces, es el significado general de toda la operación, ya que Wilde concibió esta obra como un supuesto manifiesto feminista. Por un lado, el retrato de la obsesión masculina por tener el control de todo se representa oportunamente en algunos momentos. Pero, por otra parte, la dicotomía del hombre que trabaja y la mujer que tiene que limitarse a las tareas domésticas deviene en un discurso muy simplista para abordar con contundencia la emancipación de la mujer. Aunado a ello, el acto final resulta en una lección moralista que sólo corre el riesgo de disminuir la importancia de ciertas batallas que se han ganado hasta la actualidad.

    No te preocupes, cariño
    No te preocupes, cariño
    Fecha de estreno 22 de septiembre de 2022 | 2h 03min
    Dirigida por Olivia Wilde
    Con Florence Pugh, Harry Styles, Chris Pine
    Medios
    2,8
    Usuarios
    3,6
    Sensacinemx
    2,0
    Streaming

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