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    Sonriendo con el corazón
    Críticas
    1,0
    Muy mala
    Sonriendo con el corazón

    El inhóspito camino de la soledad

    por Uriel Linares

    Es inminente, podría ser tomada desde una perspectiva natural e inclusive necesaria para nuestro propio aprendizaje de vida, sin embargo, el dolor genera raíces; esta es sólo una pared de la oscura tragedia que tarde o temprano aparece. Por supuesto, hablar de este tema crea nostalgia, pero ¿será posible evitarla, rodearla y crearle un nuevo rostro? Al parecer sí, sólo basta tener un poco de maquillaje, una peluca morada y una enorme nariz de payaso, así lo demuestra la cinta mexicana Sonriendo con el corazón.

    Después de la trágica pérdida de sus padres, Paco (César Criollo) tuvo que hacerle frente a la vida misma desde muy pequeño. A pesar de esto trató de buscarle el lado positivo a las cosas. Fue así como inició su profesión que le definió para siempre: ser un payaso andante por las calles de Guanajuato. De este modo consigue hacerse del dinero suficiente para pagar un modesto espacio para dormir y comer al menos una vez al día. Al estar en una ciudad antiguamente colonial y romántica por naturaleza, Paco encuentra en Abril (Marina Victoria) lo que podría ser el amor de su vida.

    ¿Una nueva película en Guanajuato? Claro que sí, su incesante energía colonial ha convertido a esta ciudad en una de las más bellas y cálidas no sólo del país, sino del mundo entero. Infinidad de películas se han filmado entre sus callejones y escalinatas, balcones y terrazas. Esta vez es turno de la ópera prima de Alex Sánchez, quien buscó retratar una dura historia que surca las amargas aguas de la pobreza y la soledad.

    Hacerle frente a la orfandad es un tema que podría poner los sentimientos a flor de piel de un momento a otro, no obstante, esto en particular jamás llegó debido a dos obstáculos a los que se enfrentó esta producción: un ligero libreto incapaz de generar preocupación por sus personajes al contener diálogos alejados a la mente, percepción e incluso vocabulario de un niño. En repetidas ocasiones estas líneas estropean la historia con frases que nadie emplearía como adulto en la actualidad.

    Es importante mencionar que la historia se divide en dos partes y en cada una de ellas mantiene el mismo conflicto; en la primera conocemos al personaje principal en sus primeros años de vida, dando muestra de su coraje al enfrentar su vida precaria con flamante deseo de supervivencia. Sin embargo, Renato Marín, pequeño encargado de vestir el personaje de Paquito, se encuentra alejado de una natural presencia actoral y esto lo denota al simplemente recitar sus diálogos, muy aprendidos y sin intención real.

    Sobran ejemplos de niños actores que han conquistado la pantalla grande en México y el mundo, por mencionar sólo algunos: Evita Muñoz en su icónico papel de Chachita junto al eterno Pedro Infante; por otro lado Dakota Fanning con una poderosa interpretación en la cinta de 2001, Yo soy Sam; uno ejemplo más: Mackenna Grace en la historia de 2017, Un don excepcional, aquí dando muestra del temperamento y personalidad que, por supuesto, es posible tener frente a las cámaras aun siendo un niño.

    Y como mencioné, esto último también puede notarse en “la versión adulta” de este personaje, la cual pudo ser un gran detonante debido a la trágica y por supuesto, dramática historia que llevaba en su ADN, pero esto no llegó y simplemente vemos pasar de un lado a otro e imaginar lo que pudo ser.

    Sonriendo con el corazón es una cinta que se hizo de un poco de la magia que existe entre las calles empedradas de la ciudad de Guanajuato, sin embargo, la notable inexperiencia de Alex Sánchez desde la silla de director mantuvo el drama de su historia a una notable distancia incapaz de crear emociones en su espectador. El quehacer cinematográfico es más complicado de lo que se cree, no basta con tener un libreto con tonalidades oscuras o un elocuente rostro infantil para sorprender al público, siempre se necesitará algo más que una peluca y un enorme corazón por la vida.

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