En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó la adicción a los videojuegos como un desorden mental. Aunque existen varios centros de adicciones, algunos de los cuales da tratamiento a personas consideradas como adictas a los videojuegos, diferentes especialistas, alrededor del mundo, se han manifestado en contra de señalar que el uso compulsivo de un videojuego es una adicción. Una de las industrias más poderosas del mundo, muchos han querido culpar a los videojuegos como causa de aislamiento, de sedentarismo y hasta de violencia. Pero para otro sector, la practica fomentan la sociabilidad, desarrollan nuevas habilidades, mejoran la vista y la actividad cerebral, además de que es un método para ganarse la vida, participando en los cada vez más populares e-sports. En el documental Not a Game, el cineasta español José Gómez explora, con la ayuda de cientos de especialistas, el papel de los videojuegos en la sociedad actual y la forma en que sus propios usuarios lo han utilizado para reforzar valores como esfuerzo, entretenimiento y conectividad.